miércoles, 31 de agosto de 2011

INVASIÓN- CAPÍTULO 16


DOMINGO 00:00HS…
Paramos de hacer guardia para comer. Teníamos un hambre que nos podíamos comer una ballena.
Entramos a la cabaña y comimos lo que había. Algunas latas de sardina o pate. Qué triste teniendo tantos lugares para agarrar comida y solo podemos tener comida enlatada.
Los tres estábamos cansados. A mí me dolían las piernas. Me sentía destruido.
Pero una vez que comimos, nos fuimos nuevamente afuera, pero esta vez los tres íbamos a patrullar el campo.
Cerramos bien la puerta, y nos fuimos caminando.
No hablábamos nada. Tan solo caminábamos. Estábamos muy atentos por cualquier cosa que se aparezca.
De repente, vemos a lo lejos como unas siluetas de personas.
Ahí fue cuando mi mente, se quedó en blanco y solo miraba aquellas cosas que se veían caminando a lo lejos.
Todo estaba oscuro, solo la luz de la luna nos iluminaba.
El soldado que tenía su rifle fue el que se adelantó un poco más de nosotros. El en su arma tenía mira nocturna.
Fue rápido hacia adelante hasta poder ver bien con su mira. De pronto, no lo vimos más.
El cura y yo caminábamos separados pero no tan lejos. Los dos llevábamos las armas apuntando hacia adelante.
Hasta que por fin volvió el soldado.
¡Los vi, son alrededor de cinco!.
¡Muy bien,¿ qué es lo que vamos hacer ahora?, pregunte.
¡Iremos caminando y cuando estemos a cincuenta metros, nos acercaremos a unos árboles que vi. Ellos están lejos de ahí. Nos esconderemos y luego les dispararemos!.
¡Perfecto, vamos!, dijo el cura.
Luego los tres íbamos caminando por el campo.
¿Qué pasaría si hay más?, me preguntaba. Tenemos balas, pero es mejor guardarlas.
Aunque yo pensaba esto, tenía que hacer lo que ellos me decían. Fuimos caminando con mucho cuidado, cuando llegamos a estar cerca de ellos. Nos fuimos hacia los árboles. No eran cinco sino unos diez o quince.
Mi corazón iba muy rápido todos los tiros tienen que dar en el blanco. Sino habremos derrochado balas.
Esperamos a que ellos, se acercaran un poco más. Estaban a unos veinticinco metros, luego a diez y luego a cinco. Fue ahí cuando el soldado disparo. Creo que derribo a cinco de ellos luego tomo la retirada.
Esas cosas comenzaron a seguirlo, pero cuando eso sucedió, el cura y yo los terminamos de matar.
Que suerte, que pudimos matarlos, pensé por dentro.
Agarramos los cuerpos los juntamos  todos. Hicimos una pila y luego los incendiamos.
Entre todos había niños también. Fue un espanto ver eso.
Creo que no lo voy a olvidar.
                          DOMINGO 02:45HS…
Luego de incendiar a estas cosas, volvimos a patrullar. Pero nada sucedía, todo estaba tranquilo.
Tan tranquilo estaba todo que el soldado se fue arriba del techo con su rifle. Se quedó ahí hasta dormirse. Por otro parte el cura, se quedó dormido en el piso.
Mientras que yo me quede dando algunas vueltas por el campo solo. Necesitaba pensar un poco.
Caminaba y pensaba en todo lo que sucedió.
Desde el día en que esto empezó hasta ahora.
Me pregunto cuándo va a terminar y si todos vamos a sobrevivir.
Me quede apoyado en un árbol, mirando la luna.
Comienzo a recordar aquellos momentos que viví con mi padre. Agarro su cadenita con su medalla. La miro y recuerdo.
Aquellas tardes inolvidables que pasamos juntos.
Todas las cosas que me enseño. Que buenos recuerdos que quedaron en mi mente.
Lo peor de todo es que ni siquiera pude llevarme el cuerpo, porque esas cosas se lo habían llevado.
Ahora está mi madre conmigo, pero veo que está mal. No sé cuánto tiempo más aguantara.
Me hubiera gustado que todavía estemos los tres acá, luchando juntos.
                       DOMINGO 03:30HS…
Luego de haberme tomado mi tiempo para pensar todo. Volví a la cabaña. Me fui caminando despacito disfrutando la noche. Se podían ver todas las estrellas.
Estaba perfecta.
A los lejos podía ver la cabaña, el cura y el soldado estaban ahí.
Y cuando al fin llegue el soldado me dice:¿Dónde estabas?.
¡Solo salí a caminar por el campo. Necesitaba pensar!.
¡Estás loco, con esas cosas rondando por este lugar!.
¡No sé qué es mejor. Si vivir o morir en este momento!.
Los dos se quedaron callados, porque sabían que yo tenía razón con lo que decía.
No hubo una palabra más los tres nos fuimos adentro de la cabaña a dormir.
Trabamos bien la puerta y nos acostamos donde pudimos.
El soldado y el cura ya estaban dormidos, porque se podían escuchar los ronquidos.
Pero yo no puedo dormir, estoy dando vueltas en este sofá sin saber qué hacer. Maldición.
Quiero tratar de dormir, no quiero que vuelva todo de nuevo como antes.
Quiero poder estar tranquilo. Sin sentirme perseguido.
Hice fuerza para dormir, hasta que lo logro.
                      DOMINGO 05:00HS…

Me despierto. Otro día más, en este lugar horrible.
No se escuchaba nada.
Me levante del sofá en el que estaba tirado y camine hasta la cocina. Ahí tampoco había nadie.
Me fui caminando hasta la puerta y vi que estaba abierta.
¿Dónde se habían ido todos?, me preguntaba.
Todavía no había amanecido. Estaba oscuro afuera.
Salí. Me subí al techo y no estaba el soldado.
Me baje y comencé a gritar:¡¿Dónde están?!.
Miraba para todos lados, pero no podía ver nada todavía estaba oscuro.
Fui directamente hacia el interior de la cabaña. Agarre mi arma.
Salí nuevamente, camine por el campo mientras gritaba. Quería encontrarlos.
Pero, ¿dónde estaban?.
Me adentre por el campo, y no había rastros de ellos.
De pronto escucho un ruido. Me quedo parado. No sabía quién era. No sabía que era.
Seguí caminando sin mirar atrás, pero un poco más rápido que antes.
Pero los ruidos seguían, y ahora comencé a trotar.
No quería mirar para atrás. Hasta que de repente, escucho un grito y luego otro, otro, y otro.
Entonces fue ahí cuando me di vuelta y vi que estaban esas cosas atrás mío.
Comencé a correr sin parar. Ellos venían detrás de mí. Con esos gritos insoportables.
No quiero morir.
                           DOMINGO 05:45HS…
No podía más. Dispare con mi arma pero eran demasiados. Ya no tenía balas. Solo me quedaba correr y correr por mi vida.
Ya estaba amaneciendo. Se podía ver apenas los rayos del sol en el horizonte.
Ya no podía más. No puedo correr más. Esas cosas no se cansan para nada.
Estoy perdido en este campo. Creo que voy a desmayarme. Me falta el aire.
De pronto caigo en el pasto, ellos estaban cerca. Pude escuchar sus gritos. Sabían que me había caído. Si, perdí. Ellos ganan.
Me agarraron de mis pies y de mis brazos. Luego cerré los ojos, ya todo había terminado. Pero de pronto abro los ojos y justo enfrente mío tenia a una de esas cosas con su cara llena de sangre, y cuando me va a morder…
                      DOMINGO 05:55HS…
Me despierta mi madre diciendo :¡ Fernando, Fernando!.
Abrí los ojos y ahí estaban todos mirándome.
¿Qué te paso?, me pregunto el cura.
¡Nada, solo un mal sueño!.
Todos se fueron. Se acostaron y siguieron durmiendo.
Yo no podía dormirme, fue tan real ese sueño.
Todavía tengo la imagen de aquel maldito infectado.
Pero no puedo dormirme, tan solo me quedare acostado. Hasta que amanezca bien, así me levanto.
Lo peor de todo, es que hoy me toca ir a buscar comida al pueblo y no hay vehículo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario