miércoles, 26 de febrero de 2014

Desde el cielo




Desde el cielo.
Parte 14.
Jueves 27 de diciembre 2012.
10:30hs.
Mis ojos se volvieron a abrir. Por suerte, pude dormir bien después de todo lo que sucedió ayer.
¡Qué suerte que tuve!, pensé. Si no hubiera sido porque encontré a mi padre, no sé si estaría acá.
Creo que es hora de levantarme.
Frote mis ojos y me estire en el colchón, luego me levante.
11:30hs.
Estoy sentado solo. No sé dónde están todos.
Comí algo en el comedor de este refugio. Todo estaba en silencio.
Me pregunto; ¿Dónde están todos?.
Me levante de la silla y me fui.
Atravesé la primer puerta de hierro y camine por el pasillo. Se podía ver a lo lejos que la otra puerta estaba abierta.
Ya estoy frente a la segunda barrera de hierro. La empujo fuerte y aquella luz que entraba de afuera era tan solo una lámpara.
Todo seguía oscuro.
Me pregunto, ¿Cómo hicieron para conseguir luz?.
12:30hs.
Estaba parado en mi casa o mejor dicho en lo que queda de ella.
Por suerte, aquella lámpara me dejaba ver algo.
Comencé a buscar entre los escombros, pero todo estaba destruido. No quedaba nada aquí.
Pero no voy a darme por vencido.
Busco y busco. Muevo escombros pero nada encuentro.
De pronto, ¡sí!. Encontré algo.
Un comic de Superman. Por lo menos hoy, no voy a aburrirme.
Seguí buscando y encontré la pantalla de mi pc, vaya a saber dónde debe estar el resto.
13:20hs
Una linterna me alumbra, giro mi cabeza, tapo mis ojos con la mano derecha y escucho que me dicen:
                                                  -.¡Maxi!.-
Era mi padre.
Camine hacia donde estaba el y una vez que me acerque. Mi padre me pregunta:
                                                -. ¿Estás bien?.-
                                                -. Si, papá. ¿Dónde está mamá?.-
                                                -. Tu madre ahora viene. Esta con los demás. Fueron a buscar comida.- dijo mi padre.
                                                -. No me digas que están robando.- dije sorprendido.
                                              -.Maxi, a los lugares que fuimos, ya estaba saqueados. No fuimos los primeros en hacer esto. Ahora por favor, ayúdame con esto.- dijo.
¿Qué podía decir?, ya casi no había nada para comer y no sabemos cuánto puede llegar a durar esto.
Entramos todo al refugio, y justo cuando entramos con lo último. Escuchamos que se abría la puerta de adelante.
Era mi madre y los demás.
También traían comida.
Todos me saludaron, luego se pusieron a acomodar todas las cosas.
14:50hs.
                                            -.¿cómo hicieron para tener luz?.- pregunte.
                                            -. Encontramos un grupo electrógeno en una casa que estaba destruida, lo trajimos y después con tu papá, verificamos que este intacto. Despues buscamos nafta de algunos autos que están abandonados en la ruta y bueno…luego funciono. Tenemos luz eso es lo importante.-
No respondí, solo hice un gesto con mi cara.
15:00hs
Estaba aburrido, afuera no se podía ir con la oscuridad que hay y con lo que me sucedió ayer, no quería salir.
Era mejor tirarme en el colchón del cuarto de los chicos que estar acá sentado sin poder hacer nada.
Me levante y me fui al cuarto.
Me tire en el colchón y me quede mirando el techo.
De pronto, entra mi hermana y se acuesta en su colchón.
Por suerte, los niños estaban en el comedor.
Estábamos en silencio, hasta que mi hermana me pregunto:
                                            -.¿ crees que esto va a terminar en algún momento?.-
                                            -.no lo sé.- respondí.
                                           -. Extraño a mis amigas, las redes sociales. No me quiero imaginar cómo me podría sentir si esto no cambiara nunca.- dijo Lucrecia.
                                           -. Yo creo que esto va a terminar en algún momento. No sé cuándo, pero va a terminar.- dije.
                                          -. Lo importante es que estamos juntos.- me dijo mi hermana.
                                          -. Claro, sin casa pero unidos.- acote.
Al decir esto, nos reímos los dos. Luego  vino el silencio nuevamente. Unos minutos después me dormí.
17:00hs.
Un grito me despertó, creo que era el de la mujer de mi vecino.
Mi hermana no estaba en su colchón.
Me levante y fui rápidamente hacia el comedor.
Ahí vi que justo mi madre atravesaba corriendo la puerta. Al ver esto la seguí.
La puerta que divide el interior con el exterior estaba abierta y se podía escuchar el sonido de las trompetas del apocalipsis.
Corrí con todas mis fuerzas, hasta que alcance a mi madre y la tome de la mano.
Todos estábamos afuera mirando el cielo, hasta que de pronto, vimos como el sol se comenzaba a destapar.
Se podía ver muy lentamente al cielo volverse celeste como era antes.
Era una escena única, mientras las trompetas del apocalipsis, no paraban de sonar.
Creo que no fueron más de dos minutos que tardo en despejarse el sol.
Fue hermoso ese momento.
17:02hs.
Las trompetas seguían sonando.
Como puede ser que sigan sonando, es imposible. Ya paso todo.
Algo anda mal.
De pronto, el hijo más grande de mi vecino cae desmayado.
Mi vecino con su mujer y su otro hijo  lo agarraron.
                                        -. Hijo ,¿estás bien?.- decían.
Pero el pequeño no respondía.
Algo anda mal aquí.
Todos nos pusimos nerviosos, por lo que estaba sucediendo, tratábamos de ayudar pero no podíamos hacer nada.
Hasta que mi vecino, puso su oreja en el pecho y se dio cuenta de que el niño estaba muerto.
Mi vecino y su familia comenzaron a llorar sin parar.
De pronto, mi hermana mira a mi madre y a mi padre y les dice:
                                    -. Mamá, papá. Perdón. Me hubiera gustado seguir.-
                                    -. ¿Por qué decís eso, Lucrecia?.- pregunto mi madre.
                                   -. Maxi, cuida a mamá y a papá. Si la gente fuera como vos, nada de esto estaría pasando. Sean buenos.- luego de decir esto, cae igual que el pequeño. Mi padre toco su pulso, trato de reanimarla, pero era imposible, ya no había nada que hacer.
Toda mi vida junto a mi hermana paso en un abrir y cerrar de ojos.
Mi madre y mi padre, cayeron de rodillas. Yo los miraba.
¿ Que podía hacer?. Mi hermana estaba muerta.

Mi hermana estaba muerta.




domingo, 23 de febrero de 2014

Desde el cielo


Desde el cielo.
Parte 13.
Miércoles 26 de diciembre 2012.
10:30hs.
Abrí mis ojos. Todo estaba oscuro. Me dolía mucho la cabeza.
Trate de levantarme, pero no podía. Estaba un poco mareado.
Todo daba vueltas.
Pero no tarde mucho tiempo en recordar que me había pasado.
Me quede sentado en el lugar. Por suerte, ya estaba casi bien.
Mis ojos comienzan a ver de a poco. Me encontraba en una alcantarilla.
Mire para arriba y vi que el agujero por donde caí, era la entrada.
¿Quién la habrá destapado?, me pregunte.
10:15hs.
Ya me sentía mejor, aunque la cabeza me dolía muchísimo.
Me levante y comencé a caminar, adentrándome por este túnel, que olía horrible.
No se escuchaba nada.
En el lugar, se podía escuchar una mosca volar del silencio que había.
Mientras más avanzaba, algunas langostas se me cruzaban.
Seguramente, afuera debe haber todavía. Seguro no se fueron.
11:00hs.
Ya hace más de media hora que estoy caminando por acá. Seguramente estoy cerca de mi casa.
Entonces ya era hora de buscar una salida.
Camine unos dos cientos metros, según mis cálculos. Hasta que encontré una salida.
Comencé a trepar las escaleras para poder llegar. Una por una fui subiéndolas hasta que por fin pude dar con la tapa.
Con todas mis fuerzas empuje hacia arriba, pero no podía abrirla.
Descanse un segundo y otra vez intente abrir, pero no pude.
11:15hs.
Me baje de la escalera y me senté. Se podía ver el día por el agujero de la tapa de la alcantarilla y por suerte estaba el sol.
La gran estrella de nuestro sistema solar, ya estaba penetrando por los agujeros de esa tapa. Eso era bueno iba a tener un poco más de luz.
11:20hs.
Ya había descansado demasiado. Nuevamente comencé a trepar por la escalera hasta llegar a la tapa.
Hice fuerza una vez y nada. La tapa no se levantaba.
Primer intento fallido.
Respire un poco, hasta que nuevamente hice fuerza. Pude sentir que la tapa se aflojo un poco.
Segundo intento casi con éxito.
Respire nuevamente, y con toda mi fuerza empuje la tapa hacia arriba y pude abrirla.
Tercer intento con éxito, pude ver la luz.
11:35hs.
Ya estaba afuera de la alcantarilla, el sol golpeaba en mi cara.
Mire a mi alrededor y no conocía la zona en la que estaba.
Por lo que se puede ver, parece una villa de emergencia.
¿Dónde me metí?, me pregunto.
Pero, no había nadie, quizás la gente que vivía acá, al caer las bolas de fuego del otro día y destruirles todo, se fueron.
No tengo que tener miedo, tengo que caminar y salir de acá.
12:00hs
Estaba caminando por la calle de tierra, de tanto calor que hacía, era polvo el que pisaba, parecía el desierto.
Pero siento que alguien me está mirando, alguien me está siguiendo. No quiero voltear para ver. Solo sigo caminando.
De pronto, llego a una esquina y sucedió algo que nunca me voy a olvidar.
Un auto apareció, de repente. No pude correr, un hombre venía detrás de mí. Me agarro de los brazos, mientras que del auto salieron dos personas.
El que me sostenía me empujó hacia el auto, mientras que uno de los que se había bajado, me golpeo en la cabeza con algo que no sé qué era, pero sé que me desmayo.
16:45hs.
Mis ojos se abrieron, la cabeza me daba vuelta. Escuchaba voces de personas. ¿Dónde estoy?, me pregunto.
Estoy como en una especie de casa. No sé cuántas personas hay acá.
Mi cabeza, me duele. Ya van dos golpes que recibo.
Veo todo nublado. De pronto, escucho una voz.
                                -. Ya despertó.-
Trate de moverme, pero estoy atado en una silla.
Ya casi mis ojos veían bien. Y no podía ver el rostro de la persona que estaba hablando. Porque estaba de espaldas a mí.
Se podía ver que era una persona grande. Quizás de algunos cuarenta y cinco años.
17:30hs.
Ya no podía seguir actuando, ya se dieron cuenta que estaba bien.
Las personas que estaban en el lugar, estaban vestidas de negro. Algunos llevaban mascaras. Mire a mi alrededor y había animales muertos, sangre, velas negras y rojas.
Estoy dentro de un lugar donde hacen magia negra.
De pronto, entra un hombre, tenía una máscara parecía como de una cabra.
Se acercó a mí y me dijo:
                                         -.¡llego tu momento!.-
Detrás de él, salieron dos hombres que cortaron las cuerdas que me sujetaban y me agarraron. Luego una mujer me vendo los ojos.
Me levantaron de la silla y comencé a caminar hacia no sé dónde.
18:00hs.
Lo único que podía saber era que estábamos caminando por afuera del lugar, quizás por la calle.
Solo ellos sabían a donde me llevaban. Hacía mucho calor.
No podía soportarlo.
Tenía mucha sed.
Solo se escuchaban los pasos de todas las personas, nadie hablaba.
De repente, todo se detiene.
Escucho que susurran, quisiera poder oír que dicen, pero es imposible.
18:05hs.
Podía sentir el sol sobre mi remera.
Todavía seguía vendado, hasta que siento que alguien rompe mi remera, me sacan las zapatillas, las medias, mi pantalón.
Luego descuben mis ojos.
Estaba dentro de un círculo hecho con piedras, siete eran para ser exacto.
Este lugar se encontraba en un campo, que recuerdo. Porque venía con mis amigos a cazar pájaros.
Eso quiere decir que se cómo salir de acá. Pero, ¿Cómo?, esa es la pregunta.
Hay como diez personas aquí.
De repente, aquel hombre con la máscara de cabra, dice:
                                             -.¡llévenlo al centro!.-
Dos hombres me tenían de los brazos. Y me llevaron al centro de este circulo, que era de mármol. Quizás de un metro ochenta de largo.
Me acostaron ahí, estaba súper caliente. Pero tengo que aguantar. En este momento, lo único que tengo que hacer es pensar como escapar.
18:15hs.
El sol estaba quemándome vivo, seguramente ya estaba roja mi piel. No podía moverme ya que me estaban sosteniendo los pies y los brazos.
Las demás personas, se colocaron alrededor de mí y el hombre con la máscara de cabra, se acercó y me dijo:
                                        -. Tu vida nos salvara.-
Luego, saco una especie de daga llena de sangre seca.
La levanto y comenzó a decir unas palabras en latín.
¿Qué hago?,¿me va a matar?, voy a morir, pensaba.
Pero justo, cuando la daga iba a dar en mi pecho, las trompetas se hicieron presentes.
Todos miraron al cielo, y yo también.
Sonaban fuerte.
Aquellas personas que me tenían inmovilizado me soltaron.
Era mi momento, tenía que salir corriendo hacia algún lado.
18:20hs.
Las trompetas sonaban y sonaban, hasta que paso algo que jamás pensé que iba a suceder.
El sol comenzó a taparse, era como una especie de eclipse solar. De a poco, la oscuridad se acercaba, aquellas personas comenzaron a temblar y algunos comenzaron a huir.
Tenía que hacerlo.
Muy lentamente, me fui moviendo y cuando uno de los que estaba cerca de mí se alejó un poco, Salí corriendo con todas mis fuerzas.
No mire para atrás, no quería saber si me seguían.
18:25hs.
Seguía corriendo por ese campo, hasta que reconocí una casa que por suerte no estaba tan destruida y pude usarla de referencia para saber que estaba cerca de mi casa.
Corrí con dirección a aquella casa. Unos segundos nada más bastaron para que llegase ahí.
Me detuve, y respire, ya casi no tenía aire.
Pero no podía dejar de moverme el sol se estaba por tapar por completo y si seguía así, no iba haber más luz, y quedaría en la oscuridad.
Camine rápido por la calle. Tengo que llegar pensaba. El sol ya se estaba por cubrir por completo.
Ya casi no podía ver nada. El cielo, se puso oscuro.
Maldición, no hay servicio eléctrico, no hay nada. No puedo ver. Debo caminar, despacio.
De pronto, veo una luz a lo lejos que se va acercando hacia mí.
¿Quién puede ser?.
18:30hs.
No sabía dónde esconderme. No podía ver nada.
De pronto, la luz me ilumina, no estaba tan cerca. Pero, de a poco se fue acercando a mí.
Yo estaba en ropa interior, no tenía mi ropa.
¿Qué iban a pensar aquellos que venían con esa luz?.
Pero una voz habla, una voz que reconocía, que sabía de quien era.
                             -. ¡Maxi!, ¿Dónde estabas?,¿ estás bien?.-
Luego, me abrazo.
Era mi padre.

Estoy a salvo.


jueves, 20 de febrero de 2014

Desde el cielo



Desde el cielo.
Parte 12.
Martes 25 de diciembre 2012.
12:00hs.
Otro día mas que vuelvo a abrir mis ojos. Podía oler que estaban cocinando. Tenía mucha hambre.
Me levante y fui directo al baño. Lave mi cara y me mire unos segundos al espejo, estaba con la cara destruida. Era el stress que tenía por todo lo que está sucediendo y por todo lo que sucedió ayer también.
Creo que no me voy a olvidar de lo que paso en la iglesia cuando estábamos huyendo, buscando un refugio.
No se me iban las imágenes de la cabeza de aquellas personas que entraron al lugar sin saber que iban a morir.
12:15hs.
Despues de salir del baño, fui hacia la cocina. Ahí, estaba mi mama con la esposa de mi vecino y sus hijos.
Mi hermana seguía durmiendo.
Al no ver a mi padre y a mi vecino le pregunto a mi madre:
                                    -.¿dónde está papá?.-
                                  -. Tu padre está afuera en casa, están viendo que es lo que se salvó y lo que no.- respondió mi madre.
Al escuchar esto, abandono la cocina y me voy hacia afuera.
12:20 hs.
Cruce la puerta de hierro, ya estaba afuera.
Lo vi a mi padre y a mi vecino buscando cosas por el terreno.
                                      -.¿hay algo?.- pregunte.
Mi padre me miro y me respondió:
                                    -. No. No hay nada.-
Luego, de responderme siguió buscando a la nada.
13:00hs.
Lo único que hice fue sentarme en una de las pocas sillas que quedaban en el patio de la casa. Miraba a mí alrededor y pensaba en todo lo que sucedió.
Es muy loco todo esto, ¿tendrá razón la biblia?, ¿estará la respuesta en el dios que no vemos pero que creemos?.
15:00hs.
No tengo nada para contar, ni nada para pensar. Estoy triste, mi casa está destruida. Estoy refugiado junto a mi familia en la casa de mi vecino. Muchas personas murieron y seguro que mis amigos también. No hay televisión, no hay radio, no hay Internet. No hay celulares, no hay nada.
16:00hs.
No tengo nada para hacer. Aquí mi hermana se la pasa durmiendo, mis padres no hablan y mis vecinos cuando están por hablar se encierran en el baño. Hace un día que estamos aquí nada más y parece que fueran años. Quiero que pase el tiempo, me estoy volviendo loco, con todo esto.
Mejor me voy a caminar, pensé.
Me levante de la silla y Salí del refugio.
16:30hs.
Comencé a caminar por la calle y por suerte ya había gente en ella. Estaban juntando lo poco que pudieron rescatar, las cosas que no fueron destruidas.
Mientras iba avanzando, podía ver la cara de las personas, estaban destruidas tanto, como sus casas.
Algunos vecinos no estaban afuera, seguramente escaparon hacia otros lugares o quizás murieron ahí adentro.
Lo único que había eran casas destruidas, vidas destruidas.
16:45hs.
Me acerque lentamente a la iglesia, estaba destruida. No había quedado nada en pie.
Era increíble como algo tan grande, tan enorme, como era la iglesia quedo destruida.
Me quede parado frente a los escombros. Algunas lágrimas corrieron por mis mejillas.
Me saque las lágrimas rápidamente. Pero seguían cayendo.
Mire al cielo y por dentro pregunte:
                             -.¿ que hemos hecho, DIOS?.-
17:00hs.
Estaba sentado en el cordón de la calle, tenía mi mente en blanco.
Pero otra vez, vuelve a suceder, las trompetas del apocalipsis.
Levante la cabeza y mire al cielo.
Las trompetas sonaban y sonaban, a mí no me importaba.
Me puse de pie y comienzo a caminar muy lentamente hacia el refugio.
No estaba cerca, estaba lejos. Pero ni me interesa, estoy harto de estar corriendo.
De pronto, veo una langosta que pasa volando al lado mío. No le di importancia. Pero, no vi lo que venía detrás, era una nube naranja.
Era una nube de langostas. Me quede con la boca abierta. Lo único que me quedaba era correr y correr con toda mi fuerza.
Pero no puedo con la velocidad de las langostas, vienen muy rápido.
No logro escaparme, las langostas me alcanzan. Comienzan a prenderse de mí, están caminando. Me muerden, las púas de sus patas me están lastimando.
Tengo que correr más rápido, pero tengo langostas en mi cara, trato de sacármelas con las manos. Ya no logro ver por dónde voy corriendo.
17:15hs.
Malditas langostas. El ruido de sus alas al volar me volvían loco, de fondo se escuchaban las trompetas del apocalipsis.
De pronto, caigo en un pozo.

Me golpeó la cabeza y me desmayo.


martes, 11 de febrero de 2014

Desde el cielo



Desde el cielo.
Parte 11.
Lunes 24 de diciembre 2012.
11:30 hs
Nuevamente me desperté. Ya no me dolía el cuerpo. Me sentía perfecto. No había ninguna marca de lo que había pasado ayer.
Me senté en la cama, mire por la ventana y vi que estaba todo oscuro afuera.
Miro el reloj que marcaba 11:30 PM.  No puede ser, pensé.
Baje de la cama y camine hasta la ventana, y vi el cielo. Estaba todo oscuro.
Se podían escuchar unos truenos y se podían ver algunos rayos.
La tormenta esta sobre nosotros.
12:00hs.
Quería irme de este cuarto estaba solo. No había nadie.
Pero de pronto, escucho que se abre la puerta y veo que entra mi familia. Estaba feliz de verla. Parece como si hubieran pasando años que no los veía.
Los abrace y les pregunte como estaban todos, ellos me respondieron que estaban perfectos.
Por suerte, podíamos irnos a nuestra casa.
12:15hs.
Ya estábamos en el auto, estábamos listos para irnos. Pero otra vez aparecieron los sonidos en el cielo.
Yo pensé, las trompetas del apocalipsis.
Mi padre, encendió el auto. Dio marcha atrás, doblo a su derecha y salió.
Las trompetas seguían sonando.
Yo comencé a rezar, en voz baja.
Ya estábamos por la ruta. Hasta que mi padre se detuvo como todos los conductores.
                                       -. ¿Qué es eso?.- pregunto mi madre.
Mi padre, abrió la puerta y salió.
                                     -. Miren el cielo.- dijo mi padre.
Salimos del auto y miramos el cielo, las trompetas del apocalipsis seguían sonando.
El cielo estaba negro, completamente, hasta que comenzamos a ver algo que no esperábamos, primero fue una lluvia, y más a arriba venían cayendo cosas que brillaban, no sabíamos que era.
Cada vez se veian más cerca, hasta que cayó la primera. Eran rocas de fuego.
La primera que cayo, destruyo un auto haciéndolo explotar.
Mi madre quiso volver al auto, pero yo la tome de la mano y le dije:
                                  -. No vamos a poder salir nunca de acá, tenemos que correr. No estamos lejos de casa.-
Mi madre me tomo de la mano y los cuatro comenzamos a esquivar autos, era difícil, teníamos que mirar para arriba al mismo tiempo, así sabíamos a donde iban a caer esas rocas de fuego.
12:45hs.
Ya habíamos salido de la ruta. Teníamos que buscar un refugio, pero era imposible, cuando las rocas golpeaban algo, lo destruían por completo.
Lo único que nos quedaba era correr sin parar.
Mi madre lloraba sin parar, no podía parar. Por otro lado, mi hermana estaba asustada, no decía nada, tan solo miraba y cuando alguna roca caía, gritaba.
No faltaba mucho para que lleguemos a casa, pensaba.
Corríamos y corríamos, no podíamos parar.
De pronto, a los lejos veo la iglesia. Había mucha gente queriendo entrar.
En la puerta de ella, estaba el cura, diciendo:
                                     -. Entren, el señor los va a proteger. Acérquense al señor, aquí está la salvación.-
Yo pensé, que locura. Me acerque corriendo con toda mi fuerza y le dije:
                                    -. ¿Está usted loco?, es un suicidio esto.-
Pero el cura no me escuchaba y seguía diciendo lo mismo.
La gente entraba, buscando la salvación.
Mi familia se alejaba cada vez más. Hasta que decidí irme con ellos.
Hice unos cincuenta metros, hasta que vi como una gran roca de fuego se estrellaba contra la iglesia, destruyéndola por completo.
El lugar comenzó a derrumbarse, muy lentamente, pero no tardaron en terminar el trabajo unas cuantas rocas más.
El lugar quedo en ruinas.
13:15hs.
Ya estábamos cerca y más y más rocas caían del cielo.
Hasta que vemos como nuestra casa es destruida por una roca de fuego.
Pero alguien nos hace una seña. Era mi vecino.
                                     -. Entren aquí.- gritaba.
Corrimos hacia él y entramos a la casa.
13:20 hs.
Lo seguimos hasta que llegamos a una puerta de acero. La abrió, la atravesamos y comenzamos a bajar unas escaleras.
Luego de bajar, caminamos por un pasillo, ya las rocas no se podían escuchar. Llegamos a otra puerta de acero, la abrió y vimos que estaba la familia, era como una especie de casa debajo de su propia casa. Era increíble. Tenía cocina, baño, dos cuartos y un comedor. No era súper gigante pero se veía cómoda.
                                -. ¿Están bien?.- pregunto el vecino.
                                -. Si estamos bien, por suerte.- respondió mi padre.
                                -. Siéntense, por favor y tranquilícense.-
Nos sentamos y la esposa de él nos trajo un poco de agua.
Mi madre no hablaba, estaba shockeada con lo que paso.
14:00hs.
Ya todos estábamos calmados. No sabíamos que estaba pasando afuera. No podíamos escuchar nada.
De pronto, pregunto a mi vecino:
                                -. ¿Por qué te encerraste aquí?.-
Mi vecino me mira y me responde:
                                -. Cada vez falta menos para el día del juicio.-
Yo lo mire, el también cree en el apocalipsis, pensé.
                                 -. ¿tú crees en el apocalipsis?.- pregunte.
Él sonríe, y responde:
                                -. No falta mucho para que algo grande suceda, quizas  tengo la capacidad de entender algunas cosas mejor que tu.-
Me quede pensando, quizas si tenga razón, pero, ¿Por qué?.
                               -. ¿Qué piensas de todo esto?.-
Suspiro y respondió:
                                -. Tan solo debes esperar, no creas en todo lo que dicen.-
Esa fue su respuesta.
Luego se levantó, nos miró y dijo:
                              -. Si quieren puede descansar un poco.-
Mi familia y yo lo miramos y asentimos con la cabeza. Mientras que él se fue a su cuarto.
Mi hermana y yo nos fuimos al cuarto de los hijos de mi vecino. Una vez ahí nos dieron unos colchones extras que tenían, lo tiramos en el piso y nos acostamos.
Estaba cansado, mis ojos se cerraron rápidamente.
18:00 hs
Mis ojos se volvieron a abrir. Me dolía un poco la cabeza.
Mire hacia mi derecha y mi hermana estaba durmiendo todavía.
Me quede unos minutos mirando el techo, pensaba en todo lo que estaba sucediendo.
¿Cuándo va a terminar todo esto?, me preguntaba.
Pensaba en toda la gente que había quedado atrapada en la iglesia.
Todo es como una película de terror que no tiene final aun, y que nadie sabe cómo va a terminar.
18:30 hs.
Ya me había levantado, fui al baño y lave mi cara. Era una bendición. Siempre es una bendición mojarse la cara después de haber pasado por algo realmente horrible, no sé por qué, pero cuando uno se moja la cara, no importa cuál fue la situación, es una bendición, volves a vivir.
Salí del baño, y vi que mi hermana se había levantado. Estaba sentada en ese pequeño comedor con mi padre y la familia de mi vecino.
Mi madre se había ido a acostar, ojala se le pase ese estado de shock.
19:00hs.
Comí algo que me ofreció mi vecino. Aunque no tenía muchas ganas de comer. Creo que lo trague por la ansiedad y nervios, que por otra cosa.
Tenía muchas ganas de salir afuera, para ver cómo había quedado todo, quería ver si podía o si se había salvado algo en mi casa.
Entonces me levante de mi silla y le dije a mi padre:
                                  -. Papa, iré a casa. Quiero ver si hay algo que pueda recuperar.-
Mi padre me miro y me dijo:
                               -. No, Maxi. Te vas a quedar acá.-
Pero mi vecino le dijo:
                              -. Déjalo ir. No creo que le suceda algo.-
Al escuchar esto mi padre me dejo ir.
19:45 hs.
Pase la puerta del refugio y comencé a caminar por el pasillo, hasta llegar a las escaleras, fui subiéndolas lentamente, y en cada centímetro que avanzaba, trataba de escuchar algo. Pero no podía oír nada.
Ya estaba frente a la puerta de acero.
La abrí con todos mis fuerzas y vi que la casa de mi vecino, estaba destruida por completo. Parecía como si un tornado se hubiera llevado toda la casa por completo.
Había muy pocos escombros, era impresionante. Se podía oler en el aire, el olor a quemado.
Camine dejando atrás la casa de mi vecino y vi que a mi casa le había pasado los mismo. La única pared que no se cayó, fue la de la cocina. Pero, lo demás estaba destruido por completo.
Era increíble, mire a mi alrededor y vi que solo algunas casa se salvaron. Pero las demás estaban destruidas.
20:30 hs.
Me quede una hora afuera. No paraba de mirar todo a mí alrededor, algunas lágrimas se caían de mis ojos.
De pronto, miro el cielo. Desde el momento que salí, no me había dado cuenta de que seguía negro.
Y como paso hace unas horas atrás, las rocas de fuego volvieron. Se podían ver como venían desde el cielo para destruir todo lo que este aquí en la tierra.
Fui rápido, hasta la puerta de acero que me lleva al refugio. La abrí con todas mi fuerzas, pero antes de entrar, mire y vi todo destruido.
Fueron unos segundo, hasta que la primera roca de fuego, dio contra una casa o mejor dicho con lo que quedaba de ella.
Atravesé la puerta, la cerré y comencé a escuchar como las rocas impactaban en el suelo. Baje las escaleras una por una, luego camine por el pasillo. Ya no se escuchaba nada. Llegue a la segunda puerta, la abrí y vi a mi familia y a la familia de mi vecino. Todos me miraron cuando entre, mi cara lo decía todo. Nadie me pregunto nada.
22:00 hs.
No quise comer. Todos se dieron cuenta de lo que me pasaba.
Me fui al cuarto y me tire en el colchón, me tape. Tenía frio.
Las lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas.
Esto no tiene fin.
Cierro mis ojos para poder dormir, pero lo único que viene a mi mente, son las imágenes que tomaron mis ojos y guardaron en mi cerebro.
Pero de pronto veo algo escrito en la pared, muy bien no lo podía ver, entonces me acerque y vi que decía:
                         El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán estrepitosamente, los elementos se disolverán abrasados y la tierra con cuantas obras hay en ella quedará al descubierto. Puesto que todas estas cosas van a disolverse de este modo ¡qué santa y piadosa debe ser vuestra conducta, mientras esperáis y apresuráis la llegada del Día de Dios! Ese día los cielos se disolverán incendiados y los elementos se derretirán abrasados. Pero nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la justicia” (2 Pedro 3, 10-13).
Despues de leer esto, me volví al colchón. Esa frase tiene razón. Pero cuanto tiempo tendrá que pasar para que pase esto.
Hoy es navidad, pero no creo que nadie este festejando, festejaremos cuando todo esto pase.

Mis ojos se cerraron otra vez.