jueves, 18 de agosto de 2011

INVASIÓN - CAPITULO 9


             MARTES 10:30HS.
Desperté, después de quedarme dormido. Pero aunque descanse, estaba cansado igual. Estaba solo en la carpa, mis padres no estaban. Me pregunto dónde estarán.
Me levante de la cama y Salí afuera totalmente dormido.
Cuando abrí la puerta de la carpa, justo encontré a mi padre  que me dijo:¡ hijo vamos para casa, así nos bañamos!.
Al escuchar esto, le dije: ¡pensé que no íbamos a ir hoy!.
Mi padre me contesto:¡si, vamos que tenemos dos horas nada más!.
Ni bien mi padre me dijo esto, entre nuevamente a la carpa para vestirme, ya que llevaba todavía la ropa de soldado.
Cuando termine de cambiar, Salí y me fui con mi padre, hasta un jeep, que nos llevó hasta mi casa.
El día era hermoso, el sol parecía una moneda de oro suspendida en el cielo.
La temperatura era perfecta no llegaba a los veinticinco grados Celsius, pero estaba lindo, porque todavía no llegamos a la primavera.
No tardamos mucho en llegar a casa.
Una vez ahí, bajamos del jeep y entramos a la casa.
Abrimos la puerta que estaba con llave, mi padre, mi madre y yo, nos fuimos cada uno a bañar en sus respectivos baños.
Por suerte en casa había tres.
Tarde unos treinta minutos en bañarme, disfrute tanto esa ducha. Me relaje tanto que ya no quería irme. Pero de pronto llego un soldado hasta la puerta y nos avisó que nos teníamos que ir en treinta minutos.
Al escuchar esto, me seque y me cambie. De paso aproveche en ver en la computadora quien estaba en la red.
Pero internet ya no funcionaba.
Ahora ya no tengo contacto con el mundo. Ya no sabré si alguien está sobreviviendo todo esto. Tampoco sabré si mis amigos están vivos.
Una vez que ya todos estábamos preparados, nos subimos nuevamente en el jeep para volver a la base.
Mientras nos dirigimos hacia allá, pienso cuanto tiempo vamos a tener que hacer esto.
Espero que sea por poco tiempo, no tengo muchas ganas de hacerlo por años.
Los soldados estaban callados, no hablaban con nosotros por eso el viaje se volvió aburrido.
Por suerte llegamos a la base. Bajamos los tres del vehículo y nos fuimos a la carpa.
Ya estaba por ser la hora de comer.
                   MARTES 12:00HS.
Una vez que se hizo la hora, toda la gente salió y fue a un comedor improvisado que era realmente grande.
Todos estábamos comiendo ahí. Todos se hablaban con todos. Y hasta casi se olvidaban del tema de anoche.
Pero no había momentos felices. De pronto veo que un soldado pasa corriendo. Algo estaba sucediendo afuera pensé. Entonces me levante. Mi madre al ver mi reacción me pregunto:¿qué paso?. Yo no respondí y me fui afuera. Todos en lugar me miraron pero yo seguí mi camino.
Mi padre también se levantó y me siguió, él también había visto lo que yo vi.
Salimos afuera y vimos en el portón de entrada que un auto se acercaba.
Todos los soldados apuntaban al vehículo.
De pronto, toda la gente comenzó a salir de a poco a ver que estaba sucediendo.
Todos estaban atentos al auto que se acercaba lentamente.
A unos metros de llegar al portón, una mano con un pañuelo blanco sale del lado del conductor.
Los soldados al ver esto bajaron sus armas, aunque los francotiradores eran los que seguían apuntando.
El vehículo llego al portón. Dos solados fueron hacia él, con sus armas preparadas para disparar por cualquier cosa que pase.
Nadie de las personas que estaban afuera hablaba, todos estaban callados, esperando quien será el que va a salir del auto.
De repente, se abren las puertas del auto y baja un hombre con su camisa llena de sangre. Al ver esto los soldados lo hicieron tirar al piso.
Por otra parte, los que también bajan son una mujer con su hijo. Que por lo que se puede ver debe tener una edad de cuatro años no más. Al ver esto toda la gente puso una cara de tranquilidad y se fueron nuevamente hacia el sector donde se come.
Yo por otra parte me quede mirando a donde llevaban a esas personas que acabaron de llegar.
                        MARTES 14:00HS.
Dos soldados se llevaron al hombre que bajo todo manchado de sangre, se lo llevaron al mismo lugar que me llevaron a mí, mientras que a la mujer y al niño los llevaron a otro lugar.
Yo no los dejaba de mirar el niño estaba totalmente desorientado, igual que la madre.
Vaya a saber uno todo lo que pasaron para llegar hasta aquí y me pregunto de donde vendrán.
Luego de ver esto, me fui a la carpa me sentía cansado, pero no ese cansancio en el cuerpo sino en mi mente. No había pasado una semana que esto llego a este lugar y ya estaba cansado. ¿Qué pasaría si fuera por años?.
Aunque veo a toda esta gente con sus caras de esperanza, después de lo que me conto el soldado, lo único que veo es la muerte que se aproxima cada vez más y más, pero nadie sabe a qué velocidad lo hace.
                        MARTES 15:30HS.
Ya había pasado media hora, que había llegado esta gente a la base, de pronto, veo que alguien entra a mi carpa. Era el pequeño que vino con el hombre ensangrentado y su madre. El me miro y me dijo  con su voz de niño: ¡tengo hambre!. Yo no dude en sacar unas galletitas que tenía en la carpa y dárselas.
El pequeño empezó a comer desesperadamente, se ve que hacía muchos días no comía. De repente, se escucha la voz de una mujer gritando:¡¡¡ Santiago!!!, ¡¡¡Santiago!!!.
Al escuchar esto, yo pensé están buscando al pequeño. Entonces Salí de la carpa con el niño que seguía comiendo las galletitas como un termita, y le digo :¡ señora aquí esta, vino a mi carpa y me pidió algo de comer!. Ella me miro y me dio las gracias. Pero antes de irse le pregunte como estaba su marido y ella me respondió que bien, que ya lo soltaron. Luego ella se fue, mientras que el niño se dio vuelta y me sonrió.
No sabía que hacer acá dentro de esta base, estaba aburrido. Extrañaba a mis amigos, extrañaba todo lo que hacía. Pero pensaba que solo pasaron cuatro días nada más, que parecen mil.
Entre nuevamente a la carpa y me acosté, no tenía nada que hacer. Lo único que me quedaba era, dormir y dormir cuando tenía ganas. Como ahora.
                     MARTES 17:00HS.
Una sirena me despertó, mire la hora y me pregunte por dentro :¿ qué rayos?.
Salí a afuera a toda velocidad y vi que toda la gente salía de sus carpas corriendo. Pero de pronto veo a un soldado que llamaba con un alta voz a todos. Nos decía que teníamos que ir al comedor.
Todos entramos, nos sentamos y esperamos.
A los diez minutos de que nos sentamos llego el general, que yo no lo conocía. Y creo que nadie lo había visto por qué todos abrieron sus ojos como sorprendidos.
Se paró con el alta voz y dijo: querida gente me dirijo a ustedes que ha llegado un mensaje desde una base que está a unos  cien kilómetros de acá. No son noticias buenas, pero si quiero decirles que todo va a estar bien.
Al escuchar estas palabras toda la gente comenzó a murmurar, hasta que un hombre dijo:¡ vamos díganos que rayos va a pasar, ¿ qué vamos a morir?.
Una vez que dijo esto, toda la gente empezó a decir muchas cosas, querían respuestas.
Entonces el general dijo:¡ voy a ser sinceros con ustedes, me informar que un horda de estas cosas arraso con un pueblo cercano a este lugar.
Igualmente mucha gente no había por que fueron evacuados, pero aun así los mataron.
Nos dijeron que esa horda es de alrededor de quinientos infectados.
 Se mueven rápido y tenemos que estar atentos!.
La personas se miraron entre si, no sabían que decir, hasta que, el general hablo nuevamente.
¡Ustedes saben toda la artillería que hay acá no vamos a tener problemas de enfrentarlos, tenemos muchos soldados también, así que quédense tranquilos, cualquier información que reciba se las volveré a dar!.
Luego de decir esto se fue, y la gente quedo satisfecha con lo que dijo.
Pero, ¿si es una horda más grande la que viene y no de quinientos?.
Toda la gente después de escuchar esto se marchó sin pensar en nada.
Luego yo también me fui. Y pude escuchar al general que le dijo a soldado:¡manda al equipo explorador bien armado, dale las coordenas y que vayan a ver a qué velocidad se van moviendo.
Después de escuchar estas órdenes el soldado salió rápidamente y con su Handy llamo al equipo de soldados exploradores para que vayan.
Tardaron algo de quince minutos, eran alrededor de seis exploradores, los cuales estaban divididos en dos jeeps.
Luego el portón se abrió y se fueron. Iban armados hasta los dientes. Mientras ellos se iban la gente los aplaudía y los ovacionaba.
Todos se quedaron mirando hasta que ya no se vieron, luego cada uno se fue a su carpa.
Yo me quede pensando en que si traen noticias, que sean buenas.
                            MARTES 21:00HS.
Ya habían pasado cuatro horas desde que se fueron los exploradores, y nadie traía noticias de que les estaba sucediendo.
Todos estábamos comiendo en sus respectivas carpas, cuando de repente, se escuchó a lo lejos un vehículo que se acercaba.
Pero no le di importancia y seguí comiendo junto a mis padres.
De pronto, a los pocos minutos llega otro vehículo y luego sonó la sirena. Al escuchar esto todas salimos de nuestras carpas. Mi padre agarro a mi madre de su mano y salió.
Un soldado nos dijo:¡ rápido, todos al refugio, muévanse!.
Toda la gente estaba enloquecida. Yo iba atrás de mis padres, hasta que por suerte llegamos al refugio.
Se podían escuchar los gritos de los soldados que decían: ¡ rápido saquen los tanques, no tenemos tiempo!.
Corridas, ruidos de vehículos livianos y pesados. Todo se podía escuchar. De pronto se escuchó la misma voz del soldado que hablo recién diciendo:¡ todos a sus puestos, francotiradores preparados!.
Luego se hizo un silencio tan rápido que no lo podía creer.
Parecía que se iba a venir esa horda que arraso con el pueblo cercano que hoy conto el general.
De pronto, una radio de uno de los dos soldados que estaba adentro con nosotros, se pudo escuchar:¡ señor, soy yo el soldado Ferrari, estoy aquí me caí de un jeep, estoy corriendo, lo único que puedo decirle es que son muchos, son más de quinientos, y se mueven rápido, repito se mueven…!
Luego se cortó la señal. Quedo ese sonido estático que queda cuando nadie habla. Al escuchar esto toda la gente se puso nerviosa. Todos se abrazaban, no importaba sino se conocían. Pero todos estaban agarrados, parecía que el fin estaba por llegar.
Yo los mire a mis padres y los abrace a los dos. Y les dije todo va a estar bien.
Lo único que pensaba era que estaba sucediendo afuera y como iba a llegar al depósito donde estaban las armas. ¡maldición!, pensé de pronto. Me había olvidado las llaves en la carpa.
Todos estábamos nervioso, de pronto se escucha un grito de afuera que dice: ¡ todos listos!.
Muy bien ya había llegado el momento. Pensé.
                          MARTES 21:30HS.
El tiempo corría y nada sucedía. No se escuchaba nada. De repente suena la radio del soldado que le había sonado antes y se escucha: deja a la gente un rato más ahí adentro parece que se fueron hacia otro lugar. La horda ni siquiera se escucha.
Al escuchar esto, todos se aliviaron un poco más, después del momento que pasaron, yo también me alivie al igual que mis padres.
Nos quedamos esperando ahí adentro hasta que den la orden y podamos salir. Pero ya todos estábamos claustrofóbicos ahí adentro. Ya queríamos salir.
                         MARTES 22:00HS.
De pronto, llego la orden a los soldados que estaban con nosotros de que nos dejen salir.
Abrieron las puertas y todos salimos y nos fuimos a nuestras carpas.
Todos salieron sin hablar. Pero por un lado más tranquilos, de que por suerte, la horda de esas cosas no llego aquí.
Mis padres se fueron adentro de la carpa, mientras que yo me quede afuera a observar las estrellas. Tratando de terminar de entender esta situación, que estamos viviendo todos aquí adentro.
De pronto, veo que se acerca aquel hombre que llego con toda su ropa llena de sangre.
Me saluda me da la mano y se presenta:¡hola, soy Ricardo!, tu ¿Cómo te llamas?.
Mi nombre es Fernando. Le conteste.
Luego saco un paquete de cigarrillos, me ofreció uno y yo lo tome. Hacía mucho que no fumaba un cigarrillo. Después de encenderlo, Ricardo me mira y me pregunta: ¿ cuánto hace que estas acá?, y yo le respondí: hace unos tres días maso menos, pero parece como si fuera tres años. Vos, ¿cómo llegaste a parar acá?.
Un grupo de esas cosas ataco el barrio en donde yo vivo, era como las nueve de la noche cuando sucedió, yo estaba trabajando. Tengo un negocio en mi casa. Recuerdo que todo fue muy rápido, pero no dude en defender a mi familia. Mate a muchas de esas cosas. Y hace más de un mes que vengo rondando por todos lados. Espero que este sea el último lugar en donde me quede.
¿Por qué?, pregunte.
Porque no sé si sabes de una base militar que fue arrasada por esas cosas.
¡si, lo sé!, respondí.
Bueno yo estuve ahí, por suerte pude escapar con mi auto. Hasta que llegue aquí.
Me quedé estupefacto con lo que me dijo, creí que nadie había sobrevivido en ese lugar.
¿Cuántos eran en ese lugar?, pregunte.
Éramos alrededor de mil personas. Me respondió.
¿ qué?, dije sorprendido nuevamente.
Si, mira muchacho tú no sabes la cantidad de esas cosas que hay allá del otro lado de este portón. Si llegara a venir aquí nos matarían, porque seguramente serían más.
No podía creer lo que estaba escuchando. Ricardo lo contaba muy serio, no podía mentirme. Entonces lo de hoy fue un aviso. Los próximos somos nosotros, pero,¿cuándo?.
De repente, Ricardo termina su cigarrillo y se marcha. Pero antes me dice: ¡ oye muchacho, si esas cosas llegaran a venir hacia acá, yo tengo mi auto búscame con tus padres,¿ son tus padres, no?.
¡Sí!, respondí.
Bueno búscame y nos iremos de aquí. ah, me olvidaba, gracias por las galletitas que le diste a mi hijo.
No tienes nada que agradecerme Ricardo, tomare en cuenta lo que me dijiste.
Luego él se fue caminando lentamente. Sabía mucho más que esos soldados.
Ahora con lo que me dijo, debo estar preparado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario