miércoles, 30 de noviembre de 2011

SUBESSE IN TENEBRIS...

       SUBESSE IN TENEBRIS.
  (EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
               CAPITULO 10.
Ya a la mañana las dos se levantaron. Estaban un poco mareadas.
La pequeña le pregunto a Gloria mientras desayunaban:
         -.¿qué sucedió anoche?.-
        -. Nada quédate tranquila, ¿sí?.- dijo la maestra.
       -. Está bien.- respondió la niña.
Estuvieron calladas mientras desayunaban, ninguna de las dos emitía una palabra.
Pero de pronto gloria dijo:
            -. Sara cámbiate que vamos hasta un lugar.-
            -. ¿A dónde?.- pregunto la pequeña.
        -. Vamos hasta el aeropuerto.- respondió Gloria.
Sara hizo una sonrisa.
     -. Nos iremos de viaje a otro país.- pregunto entusiasmada.
  -. Claro, y nos iremos mañana mismo,¿ quieres?.- dijo la maestra.
 La pequeña Sara dijo que si con su cabeza. Luego se fue a su cuarto a cambiarse. Mientras Gloria se quedó mirando por la ventana, mientras terminaba su desayuno.
Se vistió rápido, y una vez que termino, se quedó esperando a que Gloria termine.
Luego llamaron a un taxi y lo esperaron unos diez minutos.
Una vez que el taxi llego, las dos se subieron y se fueron rumbo hacia el aeropuerto.
Ninguna de las dos hablo mientras iban en el taxi.
Hasta que la pequeña, le pregunto Gloria:
                        -.¿ a dónde nos iremos?.-
                    -.nos iremos a Europa. Queda muy lejos de aquí.- respondió.
La niña se quedó pensando, hasta que hizo una nueva pregunta:
                 -. ¿Cuándo volveremos?.-
               -. Nos vamos a vivir allá.- respondió Gloria.
La niña se puso contenta, pero por otra parte no quería irse, el padre de ella iba a quedarse aquí y ni siquiera se había despedido de él.
A pesar de todas las cosas, algo sentía en su corazón que le decía que tenía que ir a despedirlo.
Pero aunque tenía ganas no se lo dijo a Gloria, pero más tarde seguro se lo dirá.
Tardaron alrededor de una hora en llegar, había mucho tránsito por la autopista. Pero al fin lo lograron.
Una vez que estaban ahí. Bajaron del taxi. Gloria pago el viaje, y entraron al aeropuerto.
Tuvieron que hacer una larga cola para sacar los boletos, pero después de tanto esperar al fin las atendieron.
                         -. Buenos días.- respondió la muchacha que atiende.
                       -. Quería dos boletos para Viena.- dijo Gloria.
                      -. ¿Ida y vuelta?.- pregunto la muchacha.
                      -. No solo ida.- respondió Gloria.
La muchacha comenzó a buscar, si tenía boletos y para cuando.
                     -. Tenemos boletos para el día jueves.- dijo la joven.
                   -. Eso es para dentro de dos días. Nosotros los necesitamos para mañana.- dijo Gloria preocupada.
                  -. Lo lamento señora. Los vuelos de mañana están todos completos.- dijo la joven.
                -. No puede ser. Está bien démelos.- dijo Gloria mientras sacaba de su cartera los pasaportes y el dinero.
Luego de entregarle los pasaportes, verifico que todo está en regla y le entrego los boletos.
Gloria los pago y luego se fueron. Salió como nerviosa, porque ella quería para el vuelo de mañana. Pero por lo menos va a poder, arreglar todo con la escuela.
Estuvieron esperando un taxi alrededor de cuarenta minutos, luego de tano esperar llega un vehículo. Se suben y se van rumbo a la casa.
Tardaron un poco menos que cuando había ido hacia el aeropuerto.
Una vez que llegaron a la casa. Las dos bajaron, Gloria pago el taxi y se fueron hacia el interior de la casa.
                           -. Sara quiero que vayas pensando que te vas a llevar, ¿sí?.- dijo Gloria.
                        -. Está bien Gloria.- dijo la pequeña.
Luego se fue a su cuarto a pensar que iba a llevar.
Por otra parte, Gloria se quedó haciendo un llamado, al colegio.
Marco el número y espero a que atiendan.
                          -. Hola.- se escuchó del otro lado.
                         -. Hola, ¿rosa?.- dijo Gloria.
                        -. Si, ¿Quién habla?.- pregunto Rosa.
                       -. Soy yo, Gloria.- respondió la maestra.
Se escuchó una risa de alegría, luego Rosa pregunto:
                      -. ¿Cómo estas tanto tiempo?.-
                      -. Bien, por suerte.- respondió Gloria.
                      -. ¿Cómo esta Sara?.- pregunto nuevamente.
                     -. Bien, esta de tres meses. Por suerte esta saludable.- respondió Gloria.
                   -. ¿Pensaron que harán con el bebé?.- pregunto Rosa.
                  -. Lo va a tener ella.- respondió Gloria.
Hubo un silencio, seguramente se le cruzo por la cabeza a Rosa la locura que era tener un hijo de un padre que abusaba de la nena.
Pero de repente, la conversación cambio de tema, cuando rosa le pregunto:
                    -. Bueno dime, ¿Qué es lo que deseas?.-
                   -. Quería decirte, que ya no voy a ir a trabajar más. Nos vamos del país con la niña y no regresaremos.- respondió Gloria.
Hubo otro silencio, no podía creer lo que decía, ella estuvo trabajando casi veinte años trabajando en esa escuela.
                -. Está bien Gloria, la verdad que me sorprendiste con lo que me acabas de decir.- dijo Rosa.
             -. Mañana pasare a buscar mis cosas, ¿sí?.- dijo Gloria.
             -. Está bien te estaré esperando. Te haremos una despedida.- dijo Rosa.
          -. Bueno muchas gracias, llegare temprano. Adiós.- dijo Gloria.
Luego colgó. Tanto Rosa como Gloria se quedaron pensando en todas las cosas que se hablaron a pesar de que fueron muy pocas las palabras.
De pronto ve que llega Sara.
                     -. ¿Ya sabes que vas  a llevar?.- pregunto Gloria.
                   -. Si ya se. Pero antes quería decirte algo.- dijo la niña.
                   -. Dime pequeña.- dijo Gloria mirándola fijamente.
                    -. Quiero ir a despedir a mi padre.- dijo la pequeña Sara.
Gloria al escuchar esto se quedó sorprendida, no pensaba que le iba a decir una cosa así.
                 -. Está bien pequeña, no puedo decirte que no.- dijo Gloria.

                 -. Pero, ¿dónde está?.- pregunto Sara.
                -. Ahora llamare a la comisaria de acá de la zona. Ellos tendrán que saber. ¿Sí?.- dijo Gloria.
               -. Pero quiero que los llames ahora.- dijo la pequeña.
Al escuchar esto, Gloria fue hasta el teléfono y llamo a la comisaria.
Espero unos instantes hasta que la atendieron.
                 -. Hola comisaria cuarta de general Belgrano.- dijeron del otro lado del teléfono.
             -. Quería que me informen donde esta una persona.- dijo Gloria.
              -. Muy bien. Tiene que decirme que es usted de la persona.- dijo aquella voz.
            -. Soy la tutora de Sara González y quiero saber dónde está el padre. Su nombre es Ignacio González.- dijo Gloria.
         -. Aaahhh, si ya sé quién es, mire se encuentra en neuropsiquiatrico de acá de la zona. Es el único que hay.¿ Usted sabe dónde queda?.- dijo la voz.
       -. Si, se dónde queda. Gracias por la información.- luego de decir esto Gloria corto.

                                                Continuara…                        

sábado, 26 de noviembre de 2011

SUBESSE IN TENEBRIS

       SUBESSE IN TENEBRIS.
 (EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
               CAPITULO 9.
Mientras él bebé en el vientre de la niña crecía cada vez más, en una parte del mundo se reunían con el papa.
Todos los curas, sacerdotes, cardenales. Todos estaban ahí. Eran de todo el mundo.
Estaban esperando a que aparezca el papa, era una reunión en Italia, en la ciudad del Vaticano.
Iban a discutir algo. Ya que todos se acercaron urgente al lugar.
Por otro lado, unos curas latinoamericanos se juntaron y comenzaron a charlar:
               -.¿alguien sabe que es lo que está sucediendo?.-
           -.no. solo nos dijeron a todos que era una junta. Por algo importante.
De pronto, se acerca un cardenal que estaba ahí, hablaba en italiano, le que dijo fue lo siguiente:
      -. Sto ascoltando. Vuoi sapere perché sono qui?.-
Los curas se lo quedaron mirando. Como esperando la respuesta inmediatamente, hasta que uno de los curas pregunto:
                     -. Perché?.-
Luego de preguntar esto, todos los curas y cardenales que había comenzaron a juntarse. Uno sabia porque estaban todos ahí, y era ese cardenal.
                  -. Siamo reuniti qui perché crediamo che qualcosa accadrá e presto.- dijo el cardenal, luego hubo un silencio.
Luego se acercó un custodio del lugar, y llamo al cardenal que estaba hablando con esos curas.
Estuvieron hablando unos minutos hasta que el cardenal, se acercó nuevamente.
                           -. Passaggio, Egli é  in attesa.-
Al escuchar esto, todos comenzaron a pasar a la gran sala de la iglesia principal del vaticano.
El lugar era grandioso, pero aun así nadie se impresionaba porque todos esos curas y cardenales ya habían estado ahí.
El papa estaba sentado, era una gran mesa redonda, todos se fueron acomodando muy lentamente, y una vez que lo hicieron, se quedaron mirando al papa. Esperando a que diga algo:
                  -. Buongiorno.-
                  -. Buongiorno.- dijeron todos juntos como si fueran un coro.
                 -.  Siamo  qui riuniti. Per parlare di qualcosa che sta per accadere.- dijo el papa.
                -. Che é esattamente ció che debe accadere?.- pregunto un cura de ecuador.
              -. So che ha iniziato l´iniziato della fine.- respondio el papa. Luego hizo una pausa para tomar u poco de agua. Una vez que mojo sus labios, siguió hablando.
               -.siamo quasi un quartodi secolo che tutto ció
Che stiamo aspettando da miglaia di anni.- dijo nuvamente el papa.
Todos en la sala e quedaron mirando los uno con los otros. Hasta que uno de los curas de Brasil, preguntaron:
                      -. Ed é quello che stiamo aspettando da molto tempo?.-
El papa lo miro, y luego hizo los mismo con todos.
                -. L´arrivo di un agelo di luce.- dijo el papa persignándose.
Cuando el papa hizo esto, todos lo siguieron, dijeron algunas palabras dirigidas a dios.
                 -. Posto che accadrá? Che sta andando a togliere la parte posteriore del agelo di luce?.-
El papa miro hacia un mapa de todo el mundo que había en la sala. Se levantó y camino hacia él. Todas las personas que estaban ahí lo siguieron con la mirada.
 Una vez que se acercó marco con su dedo un país, nadie lo podía ver.
Hasta que él dijo:
                  -. Argentina.-
Nadie podía entender porque argentina.
              -.per l´Argentina?.- preguntaron.
Era la pregunta que estaba esperando el papa.
            -. Gli  angeli dissero, che c´é da sapere che noi.- respondio el papa.
          -.ma non so cosa succederá?.- preguntaron algunos.
         -. Egli verrá per la Lancia del destino.- dijo el papa.
Al escuchar esto todos comenzaron a hablar, porque
Saben que sucederá si eso sucede.
       -. Essere attratti dalla lancia di vienna.- dijeron los curas.
     -. Mantenere la calma.  La lancia che in é  in vienna no é vero. L´originale e qui ed e molto ben tenuto. Ma dobbiamo stare attenti, sai che non  funciona da solo.- dijo el papa.
                -. E che facciamo?.- pregunto el cura de argentina.
                 -. Resto é assicurata. Noi ci carica.- dijo el papa.
Luego de decir esto, la reunión había terminado. Cada uno de los curas y cardenales se fueron sin hablar de lo que había ocurrido.
Algo grande estaba por suceder. Pero nadie sabía cuándo.
Según el papa faltan  veinticinco años todavía, pero algo está sucediendo de a poco.

Mientras tanto en la casa de Gloria, ya era de noche, la pequeña dormía. Todo estaba tranquilo.
Cuando de pronto, Sara dio un salto en la cama, un grito que despertó a Gloria.
Al escuchar esto ella se fue corriendo hacia el cuarto de la pequeña.
              -. Sara, que sucede.- grito Gloria.
Pero la pequeña no emitía sonido alguno.
Gloria lloraba.
Hasta que de pronto, la pequeña abrió los ojos. Pero no era ella, Gloria lo sabía.
Comenzó a sacudirse para todos lados, y no paraba de gritar. La pequeña se tomó el vientre.
Ahí fue cuando gloria levanto su remera y vio como en su vientre se movía algo violentamente.
Dejo a la niña en el piso. Estaba completamente aterrorizada por lo que estaba viendo.
El vientre de la niña se levantaba, como si algo quisiera salir de su interior. No sabía qué hacer. La niña no dejaba de gritar. Cada vez lo hacía Más fuerte.
Hasta que dejo de gritar y de moverse.
Entonces Gloria se acercó a ella muy lentamente.
Pero no llego a ni tocarla que la niña. Se paró como si alguien la agarrara y empujara.
                         -. ¿Estás bien?.- pregunto Gloria.
Pero la niña no se movía, ni decía nada.
                       -. Por favor.- decía Gloria, mientras corrían lágrimas en sus mejillas.
                     -.aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh.- dijo Sara.
Gloria miraba, atenta. Dejo de respirar al escuchar esto. Ya que la voz de la niña había cambiado.
                   -. Audi Astharoth.- dijo Sara.
La maestra no sabía qué hacer. Pero de pronto algo sucedió en ella.
Fue como un click en su cabeza. Se convirtió en otra persona, alguien a la cual no conocía.
 De pronto, el tiempo en ese cuarto, comenzó a detenerse, muy lentamente, hasta llegar al punto de que se detuvo por completo.
Quizas todo el mundo se había detenido. Pero nadie sabía.
                            -.si domineum meum.- dijo una voz que salía de adentro de Gloria.
                           -. Dilúculo uenerunt. Tu effugies.- dijo aquella voz tenebrosa que salía de la boca de la pequeña.
                        -. Si dominus meus. Proint velit. Tempus exspectare.- respondió aquella voz de las tinieblas.
Luego de decir esto, Gloria volvió en sí. Le dolía mucho la cabeza.
Trato de hablar pero no podía.
Hasta que la pequeña dijo:
                  -. ¿Qué paso?.-
Al escucharla, Gloria pudo tomar un respiro para ponerse bien, y ayudar a la niña.
¿Qué ocurrió?, esa fue la pregunta que se hizo Gloria.

SUBESSE IN TENEBRIS

     SUBESSE IN TENEBRIS.
 (EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
               CAPITULO 8.
La pequeña Sara estaba en el auto, esperando a Gloria. Estaba asustada después de escuchar aquel grito.
Tan solo había silencio en la casa y en la calle. Se podía escuchar como el viento hacia chocar las hojas de los arboles entre ellas.
De repente, escucha que la puerta de la casa se abre. Y ve que sale Gloria.
                          -.¿qué paso?.- pregunta la pequeña.
                         -. Nada ahora lo vendrán a buscar.- dijo Gloria con cara de victoriosa.
                        -.¿que fue ese grito?,¿mataste a mi papa?.- pregunto la pequeña con algunas lágrimas en sus mejillas.
                       -. No llores Sara, no lo mate. Tan solo le dije las cosas como son. Ahora vámonos.- respondió la maestra mientras agarra a la pequeña y la sube al auto.
Una vez que las dos estaban dentro del auto, se fueron muy lentamente, y vieron como dos patrulleros paraban en la antigua casa de Sara.
Se bajaron cuatro policías con sus armas en mano. Entraron a la casa y comenzaron a buscar, y cuando fueron al cuarto de la pequeña, encontraron al padre de la niña.
Los policías sintieron olor a carne cocida. Él estaba de espalda a los policías, y cuando estos lo dieron vuelta.
Vieron que en su pecho tenía el 666, se lo había hecho con su propio cuchillo, que estaba tirado en el piso al rojo vivo. Estaba caliente como un herrero cuando pone el hierro en el fuego.
Los policías lo miraron y le preguntaron:
                       -. ¿Señor se encuentra bien?.-
                      -.!!!jajajajjajajaja¡¡¡, el vino aquí, es un enviado del diablo.- decía mientras reía y lloraba al mismo tiempo.
Uno de los policías tomo su radio y llamo al neuropsiquiatrico de la zona para que lo vengan a buscar. Se había vuelto loco. Pero los policías ni nadie saben por qué.
Lo único que se dijo es que el padre de la niña repetía lo mismo todo el tiempo. Las mismas palabras que les había dicho a los policías cuando entraron. Tan solo él sabe que es lo que sucedió adentro de ese cuarto.
Por otra parte, la niña ya estaba en su nueva casa curando a Gloria o mejor dicho ayudándola.
                      -. ¿No quiere que vayamos a un hospital?.- pregunto la niña.
                     -. No Sara tan solo es un rasguño, no te hagas problema.- respondió Gloria.
Luego de limpiarle las heridas, Gloria le pidió a Sara que se bañe y luego que vaya a dormir un rato la siesta, todo lo que paso seguramente la dejo agotada.
Entonces la niña se fue se bañó y luego se dirigió a su cuarto, pensando todavía que fue lo que le hizo al padre.
Entro y se recostó muy lentamente, le dolía un poco la cara de los golpes. Pero aun así con los golpes en su cara logro cerrar los ojos.
                            -. Sara, despierta.-
Escucho una voz muy suave, entonces comenzó a abrir los ojos muy lentamente y lo vio a él después de tres meses volvió a encontrarlo. El extraño estaba nuevamente frente a sus ojos.
                      -.¿dónde estuviste todo este tiempo?.-pregunto Sara.
                      -. Estuve haciendo algo importante, escúchame bien lo que te diré, todo se va a poner peor para ti. Pero quédate tranquila.- respondió el extraño.
                      -.¿ qué es lo que me sucederá?.- pregunto Sara con cara de preocupada.
                    -.no puedo decírtelo ahora. Ven levántate.- dijo nuevamente el extraño.
La tomo de la mano y la saco del cuarto.
                     -. ¿A dónde me llevas?.- pregunto Sara.
                   -. Hoy comerás conmigo.- dijo el extraño.
Ella sonrió y siguió caminando con él.
Pasearon por todo el castillo, hasta llegar a un gran comedor.
En él había una mesa muy larga llena de comida. Decorada con algunas velas que alumbraban el comedor. Desde cordero hasta un lechón. Grandes panes caseros, y muchísima cantidad de frutas exóticas.
La niña se sentó en una punta de la mesa, y el extraño en la otra.
                               -.¿me dirás que me pasara?.- pregunto Sara.
                              -.no pasara ahora, falta mucho para que te suceda algo, el brujo del pueblo vio tu futuro en la fuente. Pero todo estaba muy oscuro.- respondió el extraño.
                             -. ¿Voy a morir?.- pregunto la niña casi llorando.
                             -. No lo sé pequeña. No lo sé.- respondió el extraño.
Después de decir esto, los dos siguieron con su banquete.
Disgustaron mucha comida, frutas y de más. Luego se fueron al gran balcón del castillo.
Ahí se quedaron mirando la luna. Brillaba con toda su fuerza. Parecía una gran pelota suspendida en el cielo.
La pequeña Sara estaba hipnotizada mirándola. La noche estaba perfecta.
                           -. Muy pronto, nos volveremos a ver.- dijo el extraño.
                          -. Esta vez me quedare, no voy a irme. Ya no quiero volver.- dijo la pequeña.
                         -. No puedes quedarte, tampoco podemos vernos tanto ahora.- dijo el extraño.
La pequeña comenzó a llorar, sus lágrimas caían como cascadas.
El extraño tomo una de las manos de Sara y le dijo:
                           -. Quiero que sepas, que no voy a dejarte sola. Yo estaré vigilando que todo salga bien. El brujo del pueblo me informara. No tengas miedo.- dijo el extraño con una voz suave.
Luego el tapo los ojos de la niña con su manos. Pero antes de que se vaya él le dijo:
                 -. Te estaré cuidando.-
Después de escuchar estas palabras la niña abrió los ojos, y vio que estaba en la casa de gloria.
Se quedó pensando, todo lo que le dijo el extraño, ¿Qué es lo que le sucederá?.
Nadie lo sabe ni siquiera ella.
                             -. ¡Sara!, vamos a merendar.-  dijo gloria.
Al escuchar esto la niña se levantó de la cama y fue hacia la cocina a merendar.
 Una vez ahí Gloria le pregunta:
               -. ¿Cómo estás?.-
              -. Bien gracias.- respondió la niña mientras merendaba.
Hubo un silencio entre ellas dos, hasta que la maestra le preguntó nuevamente a la niña:
                   -.¿ soñaste con tu amigo?.-
La niña no respondió, se quedó callada, hasta que de pronto le dijo:
               -. Si, soñé con él. Me dijo que todo va a empeorar para mí. Tengo mucho miedo.- respondió la niña abrazándola a Gloria.
             -. Nada va a suceder. Yo estoy aquí para cuidarte.- dijo Gloria.
Las dos se quedaron abrazándose entre sí. Con miedo después de lo que dijo Sara.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

SUBESSE IN TENEBRIS!!

      SUBESSE IN TENEBRIS.
  (EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
               CAPITULO 7.
              Tres meses después…
Sara ya estaba con su panza. Pequeña pero se hacía notar.
Estos tres primeros meses, por suerte no tuvo ningún tipo de sueño con aquel extraño que no sabía su nombre. Los dolores ya había dejado de aparecer, por suerte, todo estaba bien.
Él bebe crecía en su vientre muy saludable.
Gloria la estaba cuidando muy bien. Justo ese día le tocaba ir al médico.
La pequeña que ya había madurado un poco más, pero en el fondo seguía siendo esa niña que todos conocían.
Las dos se prepararon y se fueron a ver al médico, para hacerle una ecografía.
Una vez que terminaron de hacer todo y estaban listas, se fueron rumbo a los chequeos.
La niña estaba más calmada, ya casi ni se acordaba todo lo que había sucedido con su padre aquel día que lo cruzaron, con tan solo doce años era toda una mujer.
Tardaron unos cuarenta minutos en llegar, y había mucha gente por lo visto.
Lo único que le molestaba a Sara cuando entraba a la sala de espera, era que todos la miraban, era muy raro para la gente ver a una chica tan pequeña embarazada.
Las dos se sentaron juntas, y esperaron. La sala estaba callada y quizas por ahí se escuchaba algún murmullo y luego Gloria podía ver algunas miradas que iban directo a Sara.
Pero a ellas, no les importaba las dos se sentían orgullosas de lo que estaba sucediendo.
Porque lo estaban haciendo bien.
El doctor fue llamando una por una a las mujeres que se encontraban en la sala de espera, y la ultima en entrar fue la pequeña Sara, que estaba muy nerviosa aunque sabía que estaba todo muy bien.
Pasaron al consultorio y el doctor comenzó el chequeo de rutina que una embarazada tiene que hacer.
Tan solo les tomo unos treinta minutos, cuando el doctor al terminar dijo:
                  -. Todo está bien, él bebe está perfecto.-
Gloria y la pequeña Sara, mostraron al doctor una sonrisa gigante.
Pero antes de que se vayan, Gloria le pregunto al doctor:
                     -.¿usted ya sabe cuándo va a nacer él bebe?.-
                   -. Calculamos para fines de diciembre, pero eso nunca se sabe, puede adelantarse o atrasarse.- respondió el doctor.
Luego de escuchar esto, Gloria tomo de la mano a Sara y se fueron hacia afuera.
Una vez ahí, cuando estaban por entrar al auto, Sara dice:
                     -.quiero tomar un helado.-
                     -. Bueno, vamos por uno bien grande.- dijo Gloria con una gran sonrisa en la cara.
Las dos se subieron al auto y se fueron muy lentamente.
Ninguna de las dos hablaba en el auto, de pronto, un semáforo las detiene. Estaban tan solo ellas en esa parte de la calle, esperando a que se ponga en verde el semáforo.
De pronto, Gloria mira por el espejo retrovisor, y ve que se acerca una camioneta a toda velocidad hacia ella, pero no le dio tiempo a acelerar, ya que la camioneta ya la tenía muy cerca. Entonces fue cuando el vehículo que aprecio choco contra el auto de Gloria.
Fue terrible, la parte de atrás del coche quedó destrozado. Por suerte, la pequeña tenia puesto el cinturón de seguridad, y estaba ilesa, pero gloria no. Tenía la cara ensangrentada, seguramente golpeo su cabeza con el volante del coche y por lo que se podía ver estaba desmayada.
La camioneta que causo el accidente, paro. De ella bajo un hombre. Camino hasta el auto estropeado y agarro a la pequeña Sara.
La niña no pudo hacer nada, ya que este le puso una capucha en la cabeza.
No podía ver, lo único que hacía era gritar, pero en la calle no había nadie.
Sara sintió que entro a la camioneta, y luego de eso un golpe que la desmayo.
Los ojos de la niña se abrieron nuevamente. Y se encontró en su viejo cuarto.
Comenzó a llorar y a gritar, y fue ahí cuando escucho el sonido de unos pasos que se iban acercando a donde estaba.
Sara comenzó a transpirar, ya que los pasos estaban más cerca. Hasta que de pronto, vio que la puerta de su cuarto se abrió muy lentamente.
Su padre estaba nuevamente frente a ella, con una sonrisa macabra camino hasta acercarse a ella.
                         -. ¿Por qué lloras?.- pregunto su padre.
Pero la niña no dejaba de llorar, estaba cada vez más nerviosa.
                        -.¡respóndeme, vamos respóndeme!.- dijo el padre levantando el tono cada vez más.
Al ver que ella no respondía, con toda su fuerza golpeo a Sara en su cara con su puño.
                       -. Respóndeme maldita perra. ¿Sabes lo que voy hacer?.- dijo nuevamente con sus ojos bien abiertos.
La niña con su cabeza hizo un gesto dándole entender que decía que no.
                      -. Voy a matarte, porque llevas un hijo ahí adentro de tu vientre. Y yo no voy hacerme cargo de nada.- dijo el padre sacando un cuchillo de su cintura.
La niña lloraba cada vez más, no le quedaban fuerzas ni siquiera para llorar.
Pero de pronto, el padre escucho que un auto freno en la puerta de la casa.
                             -.te quedaras aquí maldita, y sin gritar.- dijo esto acompañado de una cachetada.
El padre fue caminando, hacia la puerta de la casa. Ahí miro por la mirilla de la puerta y vio que era Gloria, la que había llegado a la casa, con su cara completamente ensangrentada.
                          -.esto se pone cada vez mejor.- dijo suavemente el padre.
Gloria comenzó a golpear la puerta.
                          -. Sal maldito, sé que la tienes ahí adentro a la pequeña Sara.- dijo la maestra.
Siguió insistiendo con los golpes en la puerta, hasta que se dio cuenta de que la puerta estaba abierta.
Entro a la casa y comenzó a buscar. Hasta que al fin pudo encontrarla a Sara que estaba atada de pies y mano.
                  -. Vengo a ayudarte, voy a sacarte de acá.- dijo Gloria mientras la desataba.
                -. ¿Dónde está el?.- pregunto rápidamente la maestra.
La niña tan solo levanto la mirada, y ahí fue cuando Gloria no termino de girar su cabeza, que el padre la niña, la golpeo en la cabeza.
                    -. Corre, Sara vete de aquí y espérame en el auto.- dijo Gloria mientras se trataba de levantar.
                    -.¡¡¡no iras a ningún lado!!!.- dijo el padre tratando de agarrar a la pequeña.
Pero no pudo hacerlo, ya que Gloria lo empujo tirándolo al suelo, dejando escapar a la pequeña Sara.
El padre la niña, estaba en el suelo, mientras que Gloria estaba parada, con una postura desafiante hacia él.
                         -.¡¡¡jajajajajaja,¿vas a pelear conmigo?.- dijo el padre.
Ella tan solo lo miraba y no decía nada. Quizas pensaba el movimiento que iba hacer el padre de Sara. Gloria tenía que tener mucho cuidado, ya que el llevaba en su mano derecha un cuchillo bastante grande.
Los dos se miraron fijamente, se medían. Pero ninguno de los dos daba el primer paso.
                     -. No sabes con quien te estas metiendo.- dijo Gloria.
                    -.no te tengo miedo, perra.- respondió el padre.
Pero ni bien dijo esto, comenzó a sentir un temblor muy leve en sus pies.
Miro el piso, y cuando levanto la mirada, no supo lo que paso, pero fue como si hubiera visto al mismísimo demonio. Soltó el cuchillo, dejándolo caer al suelo.
Luego tan solo se fue hacia el rincón del cuarto.
Y dio un grito que seguramente, lo habrá escuchado todo el mundo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

SUBESSE IN TENEBRIS

    SUBESSE IN TENEBRIS.
 (EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
               CAPITULO 6.
La pequeña ya se había desmayado, cuando los enfermeros habían llegado.
Comenzaron hacer su trabajo, y vieron que estaba bien. Se había desmayado del dolor.
Le preguntaron a Gloria porque le ocurría esto, y ella le respondió con lo que el doctor le dijo cuando vio lo que la pequeña tenía en su vientre.
Uno de los enfermeros le dio una inyección para que los dolores cesaran un poco.
Luego se fueron.
La maestra no se había que hacer, además todavía no le había dicho que le pasa a la pequeña. Pero sospechaba que ella lo sabía.
Por otra parte, Sara nuevamente despertó en aquel sueño que parecía tan real, que no podía creer.
Abrió los ojos y se encontró en aquella cama gigante, en la que había estado anteriormente.
Trato de levantarse pero se sintió mareada por un instante. Entonces tomo un poco de aire y cuando sintió que ya podía pararse lo hizo sin ninguna complicación.
Camino hasta la puerta. La abrió y salió.
Aquellos guardias que estaban antes, ya no se encontraban en el lugar. Por eso, pudo caminar por aquel pasillo para llegar a la puerta del cuarto en donde escucho los gritos y golpes.
¿Que pasara en ese lugar?, se preguntó.
No tardó mucho en llegar, ya que conocía el camino.
Mientras se iba acercando, miraba para atrás, no quería que la agarren de nuevo.
Estaba frente a la puerta, tan solo tenía que abrir, y vería que había adentro.
No lo dudo, y empujo la puerta que era realmente pesada.
Una vez que logro abrir. Entro. Estaba todo casi oscuro, tan solo una antorcha de fuego alumbraba el lugar, pero muy poco.
El cuarto era enorme, comenzó a caminar mirando todo el lugar. Tan solo hizo unos pasos y se encontró con una mesa de madera, con algunos instrumentos con sangre. Parecían látigos, cadenas. Mucha atención ella no le presto, ya que de repente, escucho el ruido de unas cadenas que venía a su derecha. Giro la cabeza muy rápidamente y fue ahí cuando vio a una hombre con una capucha en la cabeza, estaba encadenado y lleno de sangre.
Comenzó a acercarse lentamente, hacia esa persona. Tenía mucho miedo. Sus débiles piernas de niña, le temblaban como si un terremoto sacudiera su cuerpo.
Ya estaba cerca, estiro su mano derecha para tomar la capucha negra de tela, que el tenia. Tan solo unos centímetros más y ya está.
Pero de pronto, se abrió la puerta, y entro el extraño con los dos que estaban custodiando la puerta de la niña.
                   -.hic agis.-dijo el extraño.
                  -.¿quién es el?.-pregunto Sara.
                  -. Is dignus sit, oportet quo dille dare.-respondió el extraño.
Luego el estiro su mano izquierda, y la pequeña como hipnotizada fue hacia él y la tomo, y muy lentamente salieron, pero antes de hacerlo la pequeña miro hacia atrás y vio como esos dos que estaban con el extraño, se quedaron en el cuarto, agarrando algunas cadenas que estaban en la mesa. Después no vio más nada. Tan solo escucho algunos golpes y gritos.
Caminaron por todo el pasillo hasta llegar a una puerta. El extraño la abrió y siguieron caminando hacia un balcón. Ahí salieron y vieron todo el lugar.
                     -. Hoc regnum meum.- dijo el extraño.
 Sara se quedó asombrada, la vista era perfecta, se podían ver las montañas alejadas, con sus picos nevados. También cascadas y mucho pero mucho campo. Era hermosa aquella vista.
Pero de repente, la pequeña lo miro a él y le pregunto:
                    -.¿por qué no hablas igual que yo?.-
 El, la miro y le respondió:
                   -. Porque nunca me lo pediste.-
La pequeña sonrió al escuchar esas palabras.
                 -.¿qué es este lugar?.- pregunto la pequeña.
                 -. Es mi reino, todo lo que veas y lo que no puedas ver en este lugar me pertenece.- respondió.
                 -. Pero, ¿quién eres?.- le pregunto con cara de preocupación.
Pero el no respondió esta pregunta.
Tan solo se quedó mirando hacia el horizonte.
Mientras que la pequeña, quedo mirándolo buscando una respuesta a la pregunta que ella mismo hizo.
Pero el extraño, rompe el silencio y le dice:
                -.debes regresar.-
               -.no, quiero quedarme contigo.-
             -.no puedes, debes regresar ahora.- respondió el extraño, tocándole el hombro.
Luego de hacerle esto, Sara comenzó a cerrar los ojos muy lentamente, hasta dejar de ver por completo.
                            -.¡Sara, Sara!.-
Escucho la niña, y fue abriendo los ojos muy lentamente, se sentía mareada. No entendía que es lo que sucedía.
                       -.¿dónde estoy?.- pregunto la niña.
                      -. Estas acá en mi casa, soy Gloria tu maestra.
Sara trato de entender, un poco más la situación. Abrió sus ojos y se quedó callada por unos minutos y luego dijo:
                        -. ¿Qué hora es?.-
                       -. Ocho y media, dormiste toda la noche.- respondió Gloria.
La niña hizo una sonrisa, y luego dijo:
                       -.me encontré con un hombre en mis sueños, que es rey.-
                     -. ¿De verdad?.- pregunto Gloria.
                     -. Si y es el más bueno del mundo. Lo único malo es que no se su nombre.- respondió la pequeña.
Gloria se la quedó mirando. Pero entendió lo que sucedía, todos los niños tienen sueños con personajes que ellos mismos inventan.
                  -. Bueno vamos a desayunar y vamos de compras, ¿sí?.- dijo Gloria.
La pequeña Sara asintió con su cabeza.
Luego la maestra salió del cuarto, sin antes darle un gran beso en la frente.
Después la niña comenzó a vestirse, muy lentamente para empezar el día.
Una vez que desayunaron juntas, se fueron hasta el centro para hacer las compras.
Caminaron por todos lados y compraron muchísimas cosas. Ropa para Sara, comida, algunos utensilios y algo más.
Luego de dos horas emprendieron su regreso.
Pero Sara de pronto, comenzó a llorar sin parar.
Gloria la miro y no entendía que le sucedía.
                -.¿qué sucede?.- pregunto.
La niña lo que hizo fue señalar hacia adelante. La maestra miro y vio que enfrente de ellas estaba su padre. Mirándolas.
Su cara era de furia, los tres se estaban mirando sin sacarse la vista de encima.
Pero luego, Gloria se fue rápidamente, y cuando lo hizo miro por el espejo retrovisor del auto y miro al padre de la niña por última vez.
                          -. Ya está Sara, tranquila.- dijo Gloria.
La pequeña la abrazo, y ahí se vio como la nena temblaba del miedo.
                       -.quédate tranquila, no va a suceder nada, yo estoy aquí para cuidarte.- dijo nuevamente Gloria.
Las dos llegaron a la casa y ninguna dijo nada. Lo sucedido había pasado por lo visto.
Entraron pero antes de que Sara se vaya a su cuarto, Gloria le dijo:
                         -. Sara, necesito hablar con vos.-
                       -. ¿Qué?.- pregunto la niña secándose algunas lágrimas que le corrían por sus mejillas.
                      -. Tengo que decirte algo.- dijo la maestra.
 La niña se la quedó mirando, esperando las palabras.
                    -. ¿Vos sabes por qué tienes esos dolores en tu pancita?.- pregunto la maestra.
                  -. Si, porque tengo un bebe.- respondió Sara.
Gloria quedo con la boca abierta al escuchar esa respuesta.
              -. ¿Quién te lo dijo a eso.- pregunto Gloria.
             -. Me lo dijo el extraño de mis sueños antes de que todo esto sucediera.- respondió la niña.