viernes, 12 de agosto de 2011

INVASIÓN-CAPITULO 4


              DOMINGO 23:10hs.

Después de no encontrar nada, tan solo me quedo salir del lugar. Trepe nuevamente el portón y me fui directo al auto. Me subí. Encendí su motor, puse reversa, y me fui alejando de aquel portón en el que antes el auto estaba pegado a él. Luego puse primera y me fui alejando de ahí. Ya nada tenía que hacer.
Mientras iba manejando el auto, iba mirando detalladamente el barrio, y todas las casas estaban con esas maderas que tapaban las ventanas, también algunas puertas las tenían. ¿Qué era lo que sucedía que yo no sabía?.
¿Dónde se habían ido todos?, esa era mi pregunta.
Seguí manejando hasta llegar a la ruta, tome el acceso para entrar y era yo el único que iba hacia el norte. Las luces estaban prendidas pero iba solo. Pero de pronto veo una luz a lo lejos. Era como la de los faros de un auto. Entonces acelere para alcanzarlo. Estaba muy lejos por lo que se podía ver. Pero no me importo y seguí sin levantar el pie del acelerador. Creo que iba a 185 km/h. igualmente pensé con quien voy a chocar si voy yo solo en esta ruta.
No tarde mucho en alcanzar lo que venía persiguiendo y gracias a dios era un auto que iba muy rápido también casi como yo.
Hice señas de luces para que el conductor del auto se dé cuenta y se detenga, pero esto no resultaba. Entonces acelere un poco más y me puse a la par de él. Baje la ventanilla y grite ¡deténgase!, pero él iba con su mirada hacia delante de la ruta, en ningún momento desvió su mirada hacia mí.
No sabía cómo decirle que se detenga hasta que de pronto veo a una persona en el asiento de atrás, como si estuviera durmiendo, entonces al ver esto, volví a gritar,¡ deténgase, por favor!.  Seguramente me escucho porque me miro y me hizo un gesto con su cara que vaya hacia la banquina y me detuviera.
Por suerte, me había escuchado. Reduje la velocidad y frene en la banquina. El hizo lo mismo. Entonces decidimos por bajarnos. Él lo hizo muy rápido. Vino casi corriendo hacia mí. Y me dijo: hey chico,¿ no sabes donde hay un hospital cercano por aquí?.
Y yo le respondí:¡sí!, acá en el pueblo hay uno.
Pero el me respondió con cara desesperada:¡no! Yo ya vengo de ahí y no hay nadie está cerrado. Ya todos se fueron de ahí.
Yo me quede unos segundos mirándolo como buscando una respuesta en sus ojos de porque la gente del hospital se fue. Pero no me respondieron esos ojos que parecían como si hubieran visto a la mismísima muerte en persona.
Pero de pronto reaccione, y le pregunte :¿ cómo puede ser que no haya nadie en el hospital?,¿Qué está sucediendo?.
Pero el solo me dijo: no puedo explicártelo, solo puedo decirte que tengas cuidado, me tengo que ir mi esposa está mal, no sé qué le sucede. Adiós y muchas gracias.
Luego de decirme esto se fue corriendo hacia el auto. Yo lo seguí y antes de que se vaya me dijo: ¡perdón por no presentarme, mi nombre es Gabriel!...  que tengas buena suerte chico.
Entonces al escuchar eso yo le respondí: ¡por favor Gabriel sigue tu camino, mi nombre es…
Pero no pude terminar la frase que la persona que traía en el asiento trasero, es decir su mujer, se despertó de golpe, con esa cara de endemoniada. Como la persona de la otra noche que yo me cruce cuando venia del encuentro con mis amigos.
No pude reaccionar a esa imagen que estaba viendo o mejor dicho a aquella escena de terror que vivía en ese momento. Pero lo que si pude hacer es ver, como la mujer de este hombre lo agarró del cuello y lo mordió, arrancándole una gran parte de él.
Creo que el grito se habrá escuchado en todos lados, fue tan fuerte que hasta a mí me dolió esa mordida que le dio la mujer a él.
Pero en ese instante, mientras el luchaba con su esposa que lo estaba atacando ferozmente, me dijo:
¡¡¡Corre, vete, aléjate de aquí, rápido no te queda mucho tiempo!!!.
Obviamente que yo no pregunte ¿por qué?. Lo único que hice es ir corriendo hacia mi auto e irme.
Pise el acelerador con todas mis fuerzas y mientras me alejaba podía escuchar los gritos que daba Gabriel.
Más me alejaba, y más nervioso me ponía no podía sacarme de la cabeza el grito, la escena. Todo era terrible.
                  DÍA 3
              LUNES 00:00hs.
Maneje sin parar, hasta que me di cuenta que me estaba quedando sin nafta en el auto.¡ mierda!, grite por dentro mío. Linda hora para quedarme sin nafta por suerte no muy lejos pase una estación de servcio para cargar nafta pero no creo que llegue.
Y como había dicho unos segundos antes no llego, el auto se paró y se quedó muerto.
No iba a ir a ningún lado. Lo único que me quedaba era caminar hasta el lugar con un bidón. Llenarlo de nafta y volver.
Abrí el baúl del auto saque el bidón para llenarlo con nafta y comencé a caminar. La luz del lugar la podía ver pero estaba bastante lejos. Creo que a algunas doce cuadras. Seguramente pensaran que es lejos, pero no parecía desde donde estaba, porque era descampado.
Lo único que me queda por hacer en este momento es caminar y caminar hasta el lugar.
Mientras me acercaba de a poco al lugar, sentía que alguien venía detrás mío, pero cuando volteaba no había nadie. Estaba muy perseguido, después de la situación que viví, creo que voy a vivir perseguido para toda mi vida.
Me llevo unos  quince minutos llegar hasta el lugar. Una vez ahí, vi que no había nadie. Las mangueras de nafta estaban tiradas en el suelo algunas abiertas. el kiosco de la estación de servicio, estaba roto y todos los productos en el piso. Seguramente lo saquearon. Pero no se pudieron llevar todo.
Mucha  importancia no le di, solamente fui directo a las mangueras para llenar de nafta el bidón. Y una vez que lo tenga lleno me iré.
No tardo en llenarse tanto el bidón solamente me llevo unos cinco minutos. Luego cerré la manguera y me fui directo caminando hacia la dirección en donde está mi auto.
Camine otros quince minutos hasta el auto. Y una vez que llegue lo cargue con la nafta que tenía el bidón, y lo arranque.
Por suerte arranco bien. Así que ahora con un poco de nafta iba a manejar hasta la estación de servicio y le iba a llenar el tanque al auto.
No me llevo tanto tiempo llegar esta vez.
Estacione justo en el surtidor, me baje y comencé a cargar de nafta el tanque del auto, y de paso llene el bidón que había traído y otro más que encontré perdido en el baúl.
Una vez que llene el tanque del auto y el bidón deje la manguera como debía estar. Y me subí al auto.
Pero algo tenía que andar mal, el auto no arrancaba. Entonces levante la tapa del capot y me fui a fijar que le sucedía.
Y lo que pude ver es que le faltaba agua. Entonces fui a buscar un poco de agua por suerte puede encontrar.
Llene una botella que estaba tirada en el piso y lleve el agua al auto.
Una vez que ya había cumplido con mi deber me subí al auto lo puse en contacto y espere unos segundos.
Pero de repente, veo unas personas que vienen hacia mí a una distancia de unas dos cuadras. Entonces salí del auto y con las manos levantadas hacia señales como para que me vieran. Hasta que después de maso menos cincuenta metros de distancia me di cuenta de que no eran normales, eran como la mujer y como la persona que me cruce yo aquella noche. Me subí al auto, pero no arrancaba esta re calentado el motor, tenía que encontrar un refugio rápido, ya que venían corriendo con mucha velocidad hacia mí y con unos gritos que eran ensordecedores.
              LUNES 01:45hs.
Tenía que actuar rápido, no sabía que podrían hacerme ellos a mí. Entonces lo único que pude hacer es correr hacia el interior del kiosco del lugar con todas mis fuerzas. Cuando entre al lugar, ya podía sentirlos cerca. Pero no le di mucha importancia y corrí por un pasillo que daba atrás del mostrador del kiosco. Lo único que podía pasar ahora era que me tropezara y que me cayera. Ese iba a ser mi fin. Pero no por suerte pude llegar a una puerta que gracias al cielo estaba abierta.
La cerré con toda mi fuerza y con toda mi velocidad. Pero como ese cuarto estaba oscuro no podía ver si había algo con que trabar la puerta. Tan solo me quedaba trabarla con mi propio cuerpo y con toda mi fuerza para que no la abran. Porque  se podía escuchar que ellos estaban del otro lado tratando de abrirla.

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