miércoles, 23 de noviembre de 2011

SUBESSE IN TENEBRIS!!

      SUBESSE IN TENEBRIS.
  (EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
               CAPITULO 7.
              Tres meses después…
Sara ya estaba con su panza. Pequeña pero se hacía notar.
Estos tres primeros meses, por suerte no tuvo ningún tipo de sueño con aquel extraño que no sabía su nombre. Los dolores ya había dejado de aparecer, por suerte, todo estaba bien.
Él bebe crecía en su vientre muy saludable.
Gloria la estaba cuidando muy bien. Justo ese día le tocaba ir al médico.
La pequeña que ya había madurado un poco más, pero en el fondo seguía siendo esa niña que todos conocían.
Las dos se prepararon y se fueron a ver al médico, para hacerle una ecografía.
Una vez que terminaron de hacer todo y estaban listas, se fueron rumbo a los chequeos.
La niña estaba más calmada, ya casi ni se acordaba todo lo que había sucedido con su padre aquel día que lo cruzaron, con tan solo doce años era toda una mujer.
Tardaron unos cuarenta minutos en llegar, y había mucha gente por lo visto.
Lo único que le molestaba a Sara cuando entraba a la sala de espera, era que todos la miraban, era muy raro para la gente ver a una chica tan pequeña embarazada.
Las dos se sentaron juntas, y esperaron. La sala estaba callada y quizas por ahí se escuchaba algún murmullo y luego Gloria podía ver algunas miradas que iban directo a Sara.
Pero a ellas, no les importaba las dos se sentían orgullosas de lo que estaba sucediendo.
Porque lo estaban haciendo bien.
El doctor fue llamando una por una a las mujeres que se encontraban en la sala de espera, y la ultima en entrar fue la pequeña Sara, que estaba muy nerviosa aunque sabía que estaba todo muy bien.
Pasaron al consultorio y el doctor comenzó el chequeo de rutina que una embarazada tiene que hacer.
Tan solo les tomo unos treinta minutos, cuando el doctor al terminar dijo:
                  -. Todo está bien, él bebe está perfecto.-
Gloria y la pequeña Sara, mostraron al doctor una sonrisa gigante.
Pero antes de que se vayan, Gloria le pregunto al doctor:
                     -.¿usted ya sabe cuándo va a nacer él bebe?.-
                   -. Calculamos para fines de diciembre, pero eso nunca se sabe, puede adelantarse o atrasarse.- respondió el doctor.
Luego de escuchar esto, Gloria tomo de la mano a Sara y se fueron hacia afuera.
Una vez ahí, cuando estaban por entrar al auto, Sara dice:
                     -.quiero tomar un helado.-
                     -. Bueno, vamos por uno bien grande.- dijo Gloria con una gran sonrisa en la cara.
Las dos se subieron al auto y se fueron muy lentamente.
Ninguna de las dos hablaba en el auto, de pronto, un semáforo las detiene. Estaban tan solo ellas en esa parte de la calle, esperando a que se ponga en verde el semáforo.
De pronto, Gloria mira por el espejo retrovisor, y ve que se acerca una camioneta a toda velocidad hacia ella, pero no le dio tiempo a acelerar, ya que la camioneta ya la tenía muy cerca. Entonces fue cuando el vehículo que aprecio choco contra el auto de Gloria.
Fue terrible, la parte de atrás del coche quedó destrozado. Por suerte, la pequeña tenia puesto el cinturón de seguridad, y estaba ilesa, pero gloria no. Tenía la cara ensangrentada, seguramente golpeo su cabeza con el volante del coche y por lo que se podía ver estaba desmayada.
La camioneta que causo el accidente, paro. De ella bajo un hombre. Camino hasta el auto estropeado y agarro a la pequeña Sara.
La niña no pudo hacer nada, ya que este le puso una capucha en la cabeza.
No podía ver, lo único que hacía era gritar, pero en la calle no había nadie.
Sara sintió que entro a la camioneta, y luego de eso un golpe que la desmayo.
Los ojos de la niña se abrieron nuevamente. Y se encontró en su viejo cuarto.
Comenzó a llorar y a gritar, y fue ahí cuando escucho el sonido de unos pasos que se iban acercando a donde estaba.
Sara comenzó a transpirar, ya que los pasos estaban más cerca. Hasta que de pronto, vio que la puerta de su cuarto se abrió muy lentamente.
Su padre estaba nuevamente frente a ella, con una sonrisa macabra camino hasta acercarse a ella.
                         -. ¿Por qué lloras?.- pregunto su padre.
Pero la niña no dejaba de llorar, estaba cada vez más nerviosa.
                        -.¡respóndeme, vamos respóndeme!.- dijo el padre levantando el tono cada vez más.
Al ver que ella no respondía, con toda su fuerza golpeo a Sara en su cara con su puño.
                       -. Respóndeme maldita perra. ¿Sabes lo que voy hacer?.- dijo nuevamente con sus ojos bien abiertos.
La niña con su cabeza hizo un gesto dándole entender que decía que no.
                      -. Voy a matarte, porque llevas un hijo ahí adentro de tu vientre. Y yo no voy hacerme cargo de nada.- dijo el padre sacando un cuchillo de su cintura.
La niña lloraba cada vez más, no le quedaban fuerzas ni siquiera para llorar.
Pero de pronto, el padre escucho que un auto freno en la puerta de la casa.
                             -.te quedaras aquí maldita, y sin gritar.- dijo esto acompañado de una cachetada.
El padre fue caminando, hacia la puerta de la casa. Ahí miro por la mirilla de la puerta y vio que era Gloria, la que había llegado a la casa, con su cara completamente ensangrentada.
                          -.esto se pone cada vez mejor.- dijo suavemente el padre.
Gloria comenzó a golpear la puerta.
                          -. Sal maldito, sé que la tienes ahí adentro a la pequeña Sara.- dijo la maestra.
Siguió insistiendo con los golpes en la puerta, hasta que se dio cuenta de que la puerta estaba abierta.
Entro a la casa y comenzó a buscar. Hasta que al fin pudo encontrarla a Sara que estaba atada de pies y mano.
                  -. Vengo a ayudarte, voy a sacarte de acá.- dijo Gloria mientras la desataba.
                -. ¿Dónde está el?.- pregunto rápidamente la maestra.
La niña tan solo levanto la mirada, y ahí fue cuando Gloria no termino de girar su cabeza, que el padre la niña, la golpeo en la cabeza.
                    -. Corre, Sara vete de aquí y espérame en el auto.- dijo Gloria mientras se trataba de levantar.
                    -.¡¡¡no iras a ningún lado!!!.- dijo el padre tratando de agarrar a la pequeña.
Pero no pudo hacerlo, ya que Gloria lo empujo tirándolo al suelo, dejando escapar a la pequeña Sara.
El padre la niña, estaba en el suelo, mientras que Gloria estaba parada, con una postura desafiante hacia él.
                         -.¡¡¡jajajajajaja,¿vas a pelear conmigo?.- dijo el padre.
Ella tan solo lo miraba y no decía nada. Quizas pensaba el movimiento que iba hacer el padre de Sara. Gloria tenía que tener mucho cuidado, ya que el llevaba en su mano derecha un cuchillo bastante grande.
Los dos se miraron fijamente, se medían. Pero ninguno de los dos daba el primer paso.
                     -. No sabes con quien te estas metiendo.- dijo Gloria.
                    -.no te tengo miedo, perra.- respondió el padre.
Pero ni bien dijo esto, comenzó a sentir un temblor muy leve en sus pies.
Miro el piso, y cuando levanto la mirada, no supo lo que paso, pero fue como si hubiera visto al mismísimo demonio. Soltó el cuchillo, dejándolo caer al suelo.
Luego tan solo se fue hacia el rincón del cuarto.
Y dio un grito que seguramente, lo habrá escuchado todo el mundo.

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