viernes, 28 de junio de 2013

SUBESSE IN TENEBRIS

SUBESSE IN TENEBRIS
(EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
PARTE 2.
Capítulo 18.
Sara abrió sus ojos su padre ya estaba despierto, la estaba esperando.
                      -. Hija.- dijo con una sonrisa.
La pequeña se levantó y se acercó al padre. Lo abrazo y se quedó mirando el bosque junto a él.
                     -.¿ a dónde iremos?.- pregunto Sara.
                     -. Tú debes volver, hija. Yo me quedare aquí.- respondió el padre.
                    -. Pero no quiero volver. Quiero quedarme contigo.- dijo Sara.
El padre suspiro y le dijo:
                    -. Prometo que nos vamos a volver a ver, ahora vete de aquí. Por favor.- dijo el padre.
La pequeña derramo algunas lágrimas.
                   -. Pero…- el padre no la dejo continuar, con tan solo un movimiento con su cabeza le dio a entender que nada tiene que hacer ahí.
Sara lo miro a los ojos y muy lentamente se fue caminado por el bosque hasta perderlo de vista.
Lloro por todo el camino, hasta que, de pronto una luz la encandilo.
Tan solo duro unos segundos aquella luz y sus ojos volvieron a ver, pero ya no estaba en aquel bosque. Estaba en el hospital. No entendía lo que pasaba y empezó a gritar.
Llegaron los doctores y enfermeros. Le decían que no gritara que se tranquilice, pero ella no entendía lo que ellos le decían porque hablaban en otra lengua.
Hasta que uno de los doctores, la inyecto con calmante y la pequeña cerró los ojos.
Por otra parte, en la casa donde estaban los demonios, nada estaba bien.
Astaroth estaba enojado. No podía creer que la lanza no funcionara.
Maldiciendo en latín por toda la casa estaba. Algo había hecho mal. Pero, ¿qué?.
De pronto, escucha el teléfono. Va hacia él y atiende.
                           -.holla.-
                           -. Mrs. Gloria?.- dice una voz.
                          -. Ja, bin ich.- responde.
                          -. Arzt spricht das Krankenhaus, wo diese kleinen.- dijo la voz.
                         -. Was ist passiert?.- pregunto Gloria.
                          -. informieren wir Sie, dass die kleine erwachte.-  dijo el doctor.
                         -. Ich kann gehen sehen?.- pregunto Gloria.
                         -. wenn Sie kommen können, haben wir einige Studien zuerst. dann könnte ich nach Hause gehen.- dijo el medico.
                         -. Nun, ich werde da sein, in zehn Minuten.- dijo Gloria.
Luego colgó el teléfono y fue nuevamente hacia la sala.
Los cuerpos del cardenal y del cura estaban en el suelo.
Mientras que Belcebú estaba prendido como un parasito en el pecho del cardenal, bebiendo de su sangre.
No había tiempo para que Belcebú se siga alimentando, tenían que ir hacia el hospital a buscar a Sara.
Astaroth tomo a Belcebú lo arreglo le quito la sangre y se fueron, pero no tomaron ningún taxi, tan solo desparecieron tele transportándose hasta el hospital.
Aparecieron en el baño del centro médico. Pero, antes de salir, apareció Lucifer.
                           -.Quid factum est Astaroth?.- pregunto el ángel de luz.
                          -.Nescio mi. Lanceae non operari.- respondió Astaroth.
                         -.ubi sit lancea?.- pregunto Lucifer.
                         -.Est vir in domo.- respondió Astaroth.
Lucifer se quedó pensando un momento y dijo:
                          -.ire adepto puella. Ibo ad investigandum hastam et ad inferos the'll te accipere Nebiros sabra veritatem.- dijo el dios de las tinieblas, luego despareció.
Mientras tanto Astaroth salió del baño y se dirigió hacia el cuarto en donde está la pequeña.
Una vez que llego Astaroth se dio cuenta que no había nadie y ya no podía esperar. Entonces se hizo invisible. Atravesó la puerta y camino hacia donde está la pequeña Sara.
No había nadie en el cuarto. Igualmente nadie iba a poder sentir su presencia. Se fue acercando lentamente con Belcebú en brazos y cuando ya estaba lo demasiado cerca de Sara, tan solo, la tomo de la mano y los tres desparecieron.
En un abrir y cerrar de ojos estaban de vuelta en la casa, Astaroth llevo al cuarto a Sara y luego fue hacia la sala. Ahí vio que los cuerpos ya no estaban.
Pero si estaba Lucifer.
                       -.Astaroth bene. et penes me habeo ad inferos perhibet hasta. Expectate hic donec evigilet, puella. Revertar ad te, quid facere debeam.-
Astaroth lo miro y tan solo asintió con su cabeza. Luego Lucifer desapareció.
Mientras tanto el demonio fue hacia el cuarto de la pequeña y acercándose a ella con su mano derecha la hizo despertar nuevamente.
                       -. ¿Gloria?.- dijo la pequeña abriendo lentamente sus ojos.
                      -. Si, pequeña. Aquí estoy.- dijo el farsante sonriendo.
                      -. ¿Dónde está zabut?.- pregunto Sara.
                      -. Aquí esta pequeña.- dijo Gloria acercándole a su hijo.
Sara tomo a su hijo y lo miro.
                      -. Te extrañe mucho.- dijo Sara mirando a Zabut.
                      -. Bueno ahora debes descansar.- dijo Gloria.
                      -. Debo contarte algo. Soñé con mi padre.-  dijo la pequeña.
 Astaroth se quedó mirándola, pero luego dijo:
                      -. Muy bien después me cuentas que es lo que soñaste, ahora descansa un poco más. En unas horas te hare la comida así vuelves a estar fuerte.-
Sara se acomodó en su cama y se fue durmiendo lentamente, mientras que Astaroth se fue con Belcebú.
Los dos demonios estaban en la sala de la casa, esperando una respuesta de Lucifer. Querían saber qué es lo que pasaba. Entonces Astaroth decidio por invocar a Sargatanas jefe superior del infierno.
La casa comenzó a temblar hasta que una gran llamarada en forma de tornado hizo que otro demonio llegue a la casa.
                        -. Domine, vis?.- pregunto Sargatanas.
                        -.curat filium meum consequat. Ibo ad inferos.- respondio Astaroth.
                        -.Bene dominum meum.- dijo Sargatanas tomando forma en aquella maestra.
Mientras tanto Astaroth apareció en el infierno, cruzo aquel gran patio que tiene el castillo y que tantas veces a caminado por ahí Sara.
Camino por el gran pasillo hasta llegar a la sala en donde se encontraba Lucifer sentado en su trono de oro.
Inclinándose ante Lucifer, Astaroth dijo:
                    -.dominus meus.-
                    -.Nebiros.- dijo Lucifer.
                    -. Dominus meus.- dijo Nebiros apareciendo de entre las sombras.
                    -.Tu mihi verum dicere. hoc est realis lancea hasta libatis?.- pregunto Lucifer.
Nebiros se acercó lentamente a lucifer levitando por los aires. Tomo la lanza. Y con sus manos abiertas, cerro sus ojos y dejo que su poder trabaje.
Una fuerte luz comenzó a iluminar esa gran sala oscura. Luego lo hizo la lanza, y Nebiros abrió sus ojos. Y el artefacto que tenía en sus manos se quebró.
Lucifer se quedó mirando sorprendido, no era la lanza verdadera.
El dios de las tinieblas se levantó de su trono y apretando sus dientes, dijo:
                         -.damnant.-
Astaroth y Nebiros se lo quedaron mirando. No sabían que decir.
                       -.aliquid curabo. sed in itinere gravida Astharoth II. dabo ei mandatum pape.- dijo Lucifer.
Nebiros desapareció y Astaroth volvió a la tierra.
Una vez que llego a la casa Astaroth le dijo a Sargatanas:
                     -.vade ad inferos. Erat mutationem consilii videtur.-
Sargatanas desapareció. Mientras que Astaroth se dirigió hacia el cuarto de la niña y la despertó.
                    -. Sara, despierta. Debemos irnos.- dijo Gloria.
La niña no entendía nada de lo que decía Gloria.
                   -. ¿Qué sucede, Gloria?.- pregunto Sara.
                  -. Tenemos que irnos, vienen a buscarte a ti nos quieren separar.- dijo Gloria.
                 -. ¿Quién viene a buscarme?.- pregunto la niña.
                 -. No hay tiempo, en el camino te contare. Ahora debes cambiarte rápido.- dijo Gloria.

Luego salió del cuarto y Sara comenzó a cambiarse rápidamente.

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