viernes, 7 de junio de 2013

SUBESSE IN TENEBRIS

        SUBESSE IN TENEBRIS
(EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
PARTE 2.
                       Capítulo 11.
Pasaron ya unas cuantas horas y los dos hombres de dios ya estaban cerca de Italia. Cuando lleguen al aeropuerto los va a estar esperando un auto del vaticano.
 Mientras tanto el cardenal, leía la biblia. Pero el cura estaba moviendo sus pies sin parar, como ansioso.
 El cardenal al ver esta actitud le pregunta:
                             -. ¿Te sientes bien?.-
                             -. Sí, señor. Solo quiero llegar.- respondió el cura.
                            -. Cuando lleguemos al vaticano, Juan Pablo seguramente te preguntara como estas.- dijo el cardenal. 
                           -. ¿Por qué me preguntara eso?.- pregunto el cura.
                           -. Le conté sobre tus sueños, es algo que debo informar a él. Los dos estamos expuestos a caer en la tentación.- respondió el cardenal, mientras miraba por la ventana del avión.
                          -. Pero, yo no tuve ningún sueño donde pueda caer en la tentación.- dijo el cura, sabiendo que estaba mintiendo.
                         -. Lo sé, hijo. Pero tú tienes que tener cuidado, tu sabes que hay cosas que solamente en los libros leíste y que esa experiencia la tienes tan solo teóricamente.- dijo el cardenal.
                          -. ¿Está dudando de mí, señor?, usted se cree superior a mí, pero le diré algo, yo soy más joven que usted y puedo ser mucho más fuerte en alma. Su alma ya esta vieja y desecha.- dijo el cura enojado, levantándose. Luego, se fue al baño.
Al escuchar esto, el cardenal se quedó pensando en la reacción del cura hacia él.
Mientras tanto en el baño, el ayudante del cardenal se mojó la cara y se quedó pensando, hasta que se arrodillo y comenzó a rezar el padre nuestro nuevamente en latín como lo hizo en su cuarto.
                        -. Por favor, dios. No me castigues.- decía.
Luego de terminar de rezar se levantó, se volvió a mojar la cara y se miró al espejo.
                       -. ¿Qué estoy haciendo?.- se dijo así mismo.
                        -. Mi ayudante y te recompensare por eso.- dijo una voz.
El cura al escuchar esas palabras, miro para la puerta, pero no había nadie. Fue hasta ella la abrió y tampoco había presencia alguna en el pasillo del avión.
Pero cuando giro para mojarse nuevamente al espejo, vio algo que no quería volver a ver.
                         -. Hola, hombre de dios.- dijo Lucifer.
                         -. ¿Qué haces tú aquí?.- pregunto el cura, casi temblando.
                        -. Vengo a charlar contigo.- respondió Lucifer.
                        -.¿ qué quieres de mí?.- volvió a preguntar el cura.
                        -. Te necesito a ti y si tú me ayudas, yo te daré poder, dinero, mujeres.- dijo Lucifer mientras sonreía muy levemente.
                         -. ¡oh, sí!, mujeres. Eso es lo que quieres.- volvió a decir Lucifer.
                         -. No, no quiero nada de ti.- dijo el cura.
                         -. Claro, que quieres algo de mí. Y yo lo sé, pero dejare que pase un poco el tiempo. Sé a quién odias y sé qué lugar quieres tomar. Tan solo te dejare que pienses en lo que te ofrecí.- dijo Lucifer.
Luego el cura pestaño y lucifer desapareció.
Volvió a mojarse la cara. Se secó y salió del baño.
Camino muy lentamente hasta que llego a su asiento y se sentó.
                         -. Ya casi llegamos, compañero.- dijo el cardenal.
El cura tan solo hizo un gesto con su cara.
El avión aterrizo en el aeropuerto de Ciampino, que queda a unos quince kilómetros de la ciudad del Vaticano.
Ahí, los espero un auto que los traslado hacia el encuentro con el papa Juan Pablo V.
Una hora más de viaje tuvieron, pero esta vez por tierra. Ya los dos estaban cansados de viajar, pero sabían que cuando lleguen al Vaticano iban a tener mucho de qué hablar con el Papa.
De pronto, el conductor le dice:
                         -.signori, sono arrivati.-
Luego, el auto se estaciono, les abrieron las puertas y los dos bajaron. Ahí los recibió un hombre de seguridad.
                         -. Il papa sta aspettando nel suo ufficio.-
Los dos lo siguieron al hombre de seguridad, hacía mucho frio en Europa, había mucha nieve por todos lados y el cielo estaba gris.
Cruzaron casi toda la iglesia para llegar a la oficina del papa, hasta que al fin pudieron hacer.
                   -. Buon giorno per piú  che non é ancora spuntato.- dijo el Papa.
                   -. Buon giorno.- dijeron los dos al mismo tiempo.
                  -. Voglia di prendere un caffé?.- pregunto Juan Pablo.
                    -. Beh, se non ti dispiace padre.- dijo el cardenal.
Al escuchar esta respuesta, Juan Pablo V pidió una café desde el teléfono que tenía en su escritorio. Luego acomodo unos papeles y pregunto:
                  -.molto bene,signori. Questo é quello che facciamo ora, e hai ottenuto le informazioni del luogo in questo inferno con la ragazza?.- pregunto el Papa.
                 -. Ho pensato che devo viaggiare in Austria domani será, cosí siamo arrivati al mattino per tutto questo debe essere fatto signore.- respondió el cardenal muy tranquilo
                    -.lo sai perché sei andato in Austria?.- pregunto el Papa.
                     -.si, signore.- respondió el cura.
                     -.perche giovane?.- le pregunto Juan Pablo, al cura.
                      -.perché non vi é una lancia, che é la seconda caratteristica Longino lancia. La famosa Lancia del Destino. Ma non sappiamo che dobbiamo reale lancianoi.- respondió el cura.
                      -. Molto bene,giovane. Tanto si sa.- dijo el papa sorprendido.
De pronto, se escucha que golpean la puerta.
                        -. Passare.- dijo el Papa.
Abrieron la puerta y pasó su secretario con el café.
Cada uno tomo su taza, se sirvieron azúcar. Revolvieron sus tazas. Dieron un sorbo y después siguieron con la charla.

                        -. Molto bene, é molto buono il piano si dispone di cardinale. Cosa faranno é andare in Austria trovare queste personee si prega di finire questo.- dijo Juan Pablo V.
                       -. Va  bene, signore. Ma prendere un paio di giorni di tempo per trovarli. Non dovrebbe essere lontano. Se la lancia debe essere rubata da qualche villaggio vicino al museo.- dijo el cardenal.
                       -.ma, questo non sucede questa settimana,per favore. Il destino del mondo é nelle tu mani.- dijo el Papa.
                      -. Siate certi, signore. Si finisce con questo.- dijo el cardenal muy confiado.
Luego, se tomaron una pausa y tomaron un sorbo de café y el papa dijo:
                       -. E la gente non ha fiducida in noi, questo potrebbe essere un motivo per cui l´umanitiá ha creato nella Chiesa di nuovo dopo tutti gli  scandali che avevamo.-
Ninguno de los dos dijo nada, al escuchar esto. Tampoco Juan Pablo V pidió una respuesta de ellos.
Tomo otro sorbo de café y el papa dijo:
                      -. Bene signori, vi diró un storia che solo coloro che sono venuti a papa sanno,e si trova sulla lancia che é in Austria. Se si vuole, la storiain modo che conoscono, perché sono in Austria.-
                    -. Hitler aveva, non é vevo?, e perso in Austria.- dijo el cura.
                  -.esatto,tutto comincia lí.-dijo el papa.

Entonces al escuchar esto, los dos se acomodaron y esperaron a que el Papa comienza a contar aquella historia que nadie sabe.

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