Desde
el cielo.
Parte 2.
10:12 am.
El sol golpeaba mi cara. Trate de taparme los ojos con
la sabana para evitar la luz, pero hacía mucho calor ya a esa hora. Entonces lo
único que me quedaba por hacer era levantarme y comenzar el día.
Fui al baño. Orine. Luego, lave mi cara y cepille mis
dientes. Salí del baño y me cambie. Después salí de mi cuarto y me fui hacia la
cocina tenía hambre.
Ni mi madre, ni mi padre estaban en la casa. Me
encontraba solo.
Camine hacia la heladera y saque los ingredientes para
hacerme el desayuno. Cuando deje todas las cosas sobre la mesa, tome el control
remoto de la televisión y la encendí.
Lo primero que hice fue poner el canal de noticias.
Antes a esto no lo hacía, pero creo que hoy me levante para eso. Tenía que ver
el noticiero.
Pero nada sucedía. Hablaba de política, nada importante.
Entonces lo que hice fue apagar la televisión y ponerme a desayunar en
silencio.
11:30 am.
Despues de desayunar. Fui a mi cuarto y comencé a
ordenarlo. Tenía ropa por todos lados, hasta debajo de la cama.
Mientras arreglaba la cama, pensaba. Aquellos sonidos de
ayer a la tarde no se me iban. Me iban a
molestar hasta vaya saber cuándo.
Cuando ya casi estaba terminando, escucho el teléfono.
Salí de mi cuarto y fui rápido a atenderlo.
Era mi madre. Me dijo si vi el papel con la lista de
comestibles que debo ir a comprar al supermercado.
Para que ella no se enoje le dije que si lo había visto,
pero que estaba arreglando mi cuarto, que en si eso era verdad.
Luego que me dijo eso, ella corto y yo fui a terminar
con mi cuarto para así ir a comprar.
11:45 am.
Una vez que termine con mis deberes, tome la lista de
productos que estaba arriba de la mesa y salí hacia el supermercado.
Hacía mucho calor afuera, el sol picaba. Recuerdo que
mientras iba caminando por la calle saludaba a mis vecinos.
De pronto, me cruzo con mi vecino el que estuvo en mi
casa escuchando los sonidos. Llevaba unas grandes bolsas con comida. Más que
nada llevaba comida enlatada.
-. Hey, ¿te comerás todo
eso?.- le pregunte.
El me miro con cara rara, y me respondió:
-. No, me estoy
preparando para lo que se venga. ¿No viste la televisión?.-
Paranoia, pensé en ese momento. Ya la televisión lo está
generando en la gente.
-. Sí, he visto
la televisión. Pero creo que es mejor esperar.- dije.
Mi vecino me volvió a mirar con esa cara con la que me
había mirado antes y me dijo:
-. Puede ser.-
Luego siguió su camino con sus bolsas.
12:50 pm.
Ya había comprado las cosas. Por suerte la cajera lo
hizo rápido. Odio esperar y la desgracia es que siempre me pasa cuando tengo
que pagar en la caja del supermercado. No sé porque las cajeras son así, lentas.
Era mi día de suerte. Estaba feliz.
Iba caminando por la calle con las bolsas. El calor que
hacía era insoportable. No se podía estar en la calle y ni siquiera la
temperatura había llegado al máximo.
Hice unas cuantas cuadras, pero tuve que parar para ponerme
debajo de un árbol, la sombra me hará bien.
Mientras me secaba la transpiración de la frente, veía
en una de las casas como unos niños jugaban en la pileta. Me hubiera gustado
tener un hermano para poder jugar así. Pero la vida hizo que yo sea único.
Se tiraban agua entre ellos, gritaban. Yo sonreía con
ellos por más que no esté ahí. Pero, de pronto, un pájaro cae desde el árbol en
que estaba. Al ver esto, me agache y vi que el pájaro estaba muerto. Qué raro,
seguramente es un pichón que recién está aprendiendo a volar y cayo de lo alto
de este árbol.
13:01 pm.
Tome las bolsas nuevamente y comencé a caminar hacia mi
casa, ya había tomado un respiro debajo de ese árbol.
El sol estaba insoportable, era imposible caminar bajo
el sol. Quizás si me hubiera despertado temprano, hubiera evitado este sol.
Estaba a dos cuadras de mi casa, apure el paso como
queriendo evitar el sol. Pero cuando iba avanzando otra vez volvió a ocurrir lo
que había pasado. Otro pájaro había caído a unos metros de mí.
No puede ser, dos. No creo que ese sea otro pichón. Ni
bien pensé esto, cayó otro pájaro y otro y otro. Mire para el cielo y vi como
caían los pájaros.
Comencé a correr hacia mi casa, pero tuve que parar en
la garita de una parada de colectivos. Era increíble lo que estaba viendo,
llovían pájaros.
De pronto, me suena el celular. Lo saco de mi bolsillo y
veo que es un mensaje de un amigo. Este decía:
-.¿ Estás viendo? Llueven pájaros, que locura.-
Ni siquiera respondí el mensaje. Me quede mirando lo que
pasaba. Duro unos cinco minutos. Luego dejaron de caer.
No decidí salir todavía. Me quede ahí unos diez minutos
más. No por el hecho de que me caiga un pájaro en la cabeza, sino porque no pude
creer lo que paso.
13:35 pm.
Iba caminando por la calle y podía ver la cantidad de
aves que estaban en el suelo. Era increíble. Tenía que esquivarlas, pero no
podía hacerlo, ya que cuando esquivaba un ave, pisaba otra.
Se podían ver a lo largo de la calle, quien sabe, seguro
había kilómetros y kilómetros de aves muertas.
13:50 pm.
Ya estaba por llegar a mi casa y vi a mi vecino afuera,
tenía unos guantes puestos en sus manos. Estaba juntando las aves que estaban
tiradas en su jardín de adelante.
Pase por delante de él, pero no me dijo nada, tan solo
me miro.
Yo trate de caminar rápido y para entrar a mi casa.
13:53 pm.
Una vez que entre a mi casa, fui directo al control
remoto del televisor. Prendí la televisión.
Puse el canal de las noticias y vi que estaban hablando
de lo que había ocurrido. La noticia tenia de título: “LAS AVES SE CANSARON DE
VOLAR”.
No podía creer lo que estaba viendo, según lo que decía
el noticiero, en todo el país ocurrió este acontecimiento.
Algunos expertos cuentan millones de aves de todas las
especies y tamaños.
Increíble, ¿Qué es lo que está pasando?, me pregunto.
14:10 pm.
Dejé las bolsas del supermercado después de tenerlas
casi diez minutos en mis manos y me fui a mi cuarto.
Me senté en mi escritorio y me puse a buscar en internet
que decían de lo que paso. Había vídeos, todos eran de la provincia de buenos
aires y otros pocos era de Jujuy, Salta, Misiones, Entre ríos.
Creo que entre a todos los vídeos que estaba ahí, mis
ojos ardían.
De pronto, suena mi celular. Atiendo.
-. Hijo, no podía comunicarme con tu celular ni con el teléfono de casa.
¿Estás bien?.- dijo mi madre.
-. Si, mama. Estoy bien. Sorprendido por la lluvia de pájaros.-
respondí.
-. Yo pensaba en vos y decía, que no le haya
pasado cuando salió a comprar.- dijo nuevamente mi madre con voz de preocupada.
-. No, mama. Todavía no fui a comprar nada.- mentí.
Luego, mi madre corto.
Estaba cansado, necesitaba descansar un poco. Me tire en
la cama. Me costó dormirme, pero lo logre. Maldito calor.
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