jueves, 15 de diciembre de 2011

SUBESSE IN TENEBRIS

       SUBESSE IN TENEBRIS.
 (EL RESURGIR DE LAS TINIEBLAS).
               CAPITULO 14.
Gloria, después de asesinar al hombre. Se fue rápidamente hacia el aeropuerto.
Pedro, salió hacia allá hace rato. Va a matar a Sara. Quizas ya esté en el aeropuerto.
Mientras Gloria se dirigía hacia el aeropuerto, pensaba en la pequeña. Tiene que estar a salvo.
Lo peor de todo es que no se puede comunicar con ella y avisarle que uno de estos tipos, el cual se llama Pedro, va hacia ella.
La pequeña Sara, ya está en el aeropuerto esperando a Gloria.
Está muy asustada, piensa quienes son esos hombres. Que quieren de ellas.
De pronto, ve que de un auto baja Pedro. Entonces, al ver esto, ella se va hacia el interior del aeropuerto. Comienza a perderse entre las personas que están en el.
Por otra parte, Pedro ya está adentro del aeropuerto, y comienza a mirar hacia todos lados, tratando de encontrar a la pequeña. Pero no puede verla por ningún lado.
Sara después de tanto correr entre la gente, llega hasta un baño de damas. Entra y cierra la puerta con la traba.
Comenzó a rezar para que no le pasara nada. Pero de pronto, escucha que golpean la puerta.
Ella no emitía ningún sonido. No quería que la escucharan, que pasara si fuera él. Seguramente iba a matarla. Seguían los golpes en la puerta. Hasta que de pronto, escucha la voz de gloria:
                             -. Sara pequeña, ¿estás ahí?.- al escuchar esta voz, la niña sale del interior del baño.
Las dos al verse se abrazan muy fuerte, pero Gloria siente que le apoyaron algo frio en su espalda, ella se da vuelta y lo ve a él. Pedro estaba apuntándola.
                 -. Entren.- dijo con cara de enojado.
Las dos entraron nuevamente al baño, él también lo hizo. Trabo la puerta.
                   -. Muy bien, tu Gloria sabes porque estamos aquí.- dijo nuevamente Pedro.
                -. Si, lo se.- respondió Gloria.
               -. Perfecto tu sabes el trabajo que vengo hacer aquí, así que no andaré con vueltas.- dijo Pedro sacando su arma.
              -. ¡¡¡Noooo!!!, ¿qué le harás?.- pregunto gritando Sara.
            -. Tú cállate, luego sigues tú.- respondió Pedro.
Apunto con su arma a Gloria. Ella no sabía qué hacer.
         -. Vamos dispárame.- dijo sin pensarlo.
                 -. Muy bien.- dijo esto y tiro del gatillo.
Gloria cayó al suelo, con un disparo en la cabeza. La pequeña no podía creer lo que veía. Gloria, estaba muerta.
No pudo hablar después de ver esta escena.
Pedro tan solo sonreía, pero todavía no había terminado su trabajo.
Miro a la pequeña Sara y le dijo:
                       -. Aquí no te matare.-
Pero antes de que la agarre, la mano de Gloria tomo el pie de Pedro destrozándolo.
                      -. ¡¡¡Aaaaaaaaaahhhhh!!!.- solo eso fue lo que pudo hacer, gritar con todas sus fuerzas.
                    -. Corre Sara ve hacia el avión, en diez minutos saldrá. Ve, yo estaré ahí, no te dejare te lo prometo.- dijo Gloria.
La niña al escuchar esto, salió corriendo hacia donde iba a despegar el avión.
Por otra parte, Gloria estaba con Pedro en el baño. Luchando para que suelte el arma de su mano. Pero pedro, no la soltaba. De pronto da unos cuantos disparos en la espalda de Gloria, pero no logra matarla, ya que sus heridas, se cerraron y quedaron como si no le hubiera hecho nada.
Gloria, le toma la otra pierna y se la rompe. Pedro cae al suelo, dando gritos de dolor.
Ella, comienza a acercarse muy lentamente hacia él,
Hasta quedar cara a cara.
                     -. No soy fácil de matar, idiota católico.- dijo Gloria.
                    -. Perdóname dios, por no poder terminar este trabajo.- dijo Pedro, luego tomo su arma y se pegó un tiro en la cabeza.
Gloria se lo quedo mirando. Luego, ella comenzó a abrir la boca, como lo hacen las serpientes grandes como la boa o la anaconda. La abrió tan grande, luego de eso comenzó a tragarse a Pedro, era impresionante ver lo que estaba haciendo. Parecía un león, cuando mata a una gacela.
Luego comenzó a tragarlo muy lentamente, al igual que las serpientes y una vez que lo comió, lo llevo muy lentamente hacia su estómago, y luego escupió solamente sus huesos. Que se desintegraron en un abrir y cerrar de ojos.
Ella, al terminar con él, se levantó del suelo y  salió del baño.
Corrió hacia donde tenía que despegar el avión.
De repente, ve a la pequeña Sara, desorientada sin saber a dónde ir.
                                -. ¡Sara!, aquí estoy.- dijo Gloria.
La niña, la miro y salió corriendo hacia donde esta ella.
                      -. Tenemos que ir para allá.- dijo señalando con su dedo hacia donde tenían que ir.
Las dos se fueron hacia el lugar en donde tenían que ir a tomar el avión.
Caminaron unos cuantos metros. Hasta que se toparon con la chica a la que le tienen que dar los pasajes.
                    -. Hola, ¿ya sale?.- dijo Gloria.
               -. Si, en cinco minutos. Apresúrense por favor.- respondió la muchacha.   
Las dos se fueron adentrando por el túnel al que lleva al avión.
Luego de atravesarlo, las dos ya estaban adentro del avión. Acomodaron las pequeñas valijas que tenían y se sentaron.
 Sara, estaba un poco asustada todavía por lo que había ocurrido. Pero Gloria, la abrazo y le dijo:
                 -. Quédate tranquila, todo estará bien cuando lleguemos allá.-
La niña, la miro y le sonrió.
                  -. Pensé que estabas muerta.- dijo Sara.
                 -. No moriré, yo soy tu ángel y tengo que cuidarte.- respondió Gloria.
Luego la niña, se acomodó en el asiento y miro hacia afuera, mientras se escuchaba que el piloto del avión, como pedía que se abrochen los cinturones.
Una vez que el piloto dejo de hablar, el avión comenzó a moverse muy lentamente. Ya estaba por despegar.
Cada vez más rápido iba el avión por la pista. Hasta que de pronto, Sara pudo sentir como el avión comenzó a tomar vuelo.
Iba tomando altura, cada vez más rápido, hasta que ella vio a la ciudad como el tamaño de un juguete.
 Ya iban diez minutos de que el avión estaba en el aire. Ahí fue cuando Sara comenzó a cerrar los ojos muy lentamente.
                        -. Descansa un poco querida Sara. Te hará bien. Tenemos un largo viaje.- dijo Gloria.
Luego la pequeña, cerró los ojos hasta encontrar el sueño.

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