viernes, 2 de septiembre de 2011

INVASIÓN - CAPÍTULO 18


DOMINGO 11:15HS…
Corríamos con todas nuestras fuerzas. Nos habían visto. Teníamos que llegar a la puerta de ese supermercado.
Esas cosas se iban acercando cada vez más a nosotros.
Ya estábamos ahí; abrimos las puertas. Entramos corriendo a toda velocidad. Nos fuimos adentrando en el lugar. Pero teníamos que refugiarnos. Mientras corríamos, escuchamos que las puertas del supermercado se abrieron. Ellos ya estaban adentro.
Pasábamos góndolas y góndolas, hasta que llegamos a la carnicería.
Pasamos por atrás del mostrador y fuimos hacia donde están todas las carnes.
Entramos a la heladera era gigante. Cerramos la puerta y nos quedamos ahí callados.
Se podían escuchar los gritos y las cosas que tiraban al suelo.
Íbamos a tener que quedarnos aquí encerrados por un largo tiempo.
No teníamos demasiadas armas. Ni tampoco íbamos a saber en qué momento salir de acá.
                      DOMINGO 11:45HS…
Seguíamos adentro de la heladera. Los gritos ya no se escuchaban afuera.
Entonces el soldado, abrió la puerta y Salió con su rifle apuntando hacia adelante por cualquier cosa que aparezca.
Yo lo seguí muy lentamente. Por suerte no andaban cosas por ahí.
Fuimos agarrando comida muy tranquilamente.
Todo lo que necesitamos fue guardado en un bolso que trajo el soldado.
Pero de pronto, cuando llegamos a la góndola de la comida enlatada, había unos cinco infectados.
Entonces, el soldado no dudo en dispararles en medio de la frente.
Cayeron los cinco. Lo hizo con una velocidad increíble.
Luego agarramos las latas y algunas cosas más que necesitábamos y nos fuimos rápidamente hacia afuera.
Aunque hay un inconveniente. Esas cosas están en la parte de adelante. Ahora vamos a tener que salir por la parte de atrás del lugar, y vamos a tener que dar toda la vuelta para poder escapar, y el tema es que no sabemos que hay atrás de este supermercado.
Buscamos alguna puerta de emergencia pero estaban en la otra punta del súper. Teníamos que llegar a salir antes de que una cosa de esas nos vea y con sus gritos llame a los demás.
Fuimos caminando por todo este lugar. Teníamos que llegar a las puertas de emergencias, que nos llevarían a la salida. Teníamos que hacerlo rápido.
Después de cruzarnos todo el supermercado, llegamos a una de las puertas de emergencia.
Por suerte, estaba abierta. Salimos, ya estábamos libres y a salvo.
Comenzamos a caminar por lo que se puede ver, en la calle por donde entran los camiones para ir al depósito.
Esta calle nos conducía a la parte de atrás del supermercado. Caminamos unos ciento cincuenta metros hasta llegar al portón.
Una vez que llegamos, nuevamente teníamos que salir hacia el peligro.
                  DOMINGO 12:30HS…
Saltamos el portón, ya estábamos del otro lado.
Teníamos que estar atentos, nuestros oídos debían escuchar todo.
Comenzamos a caminar y nos alejamos de a poco del supermercado.
Este lugar no lo conocía. Nunca había andado por acá.
No había ningún infectado por la calle, por suerte estábamos a salvo.
De pronto, vemos que ya estábamos llegando a la calle principal. Tan solo nos separa una calle de ahí.
Caminamos y esta vez más atentos que antes.
Por ahí veíamos alguna de esas cosas caminando lentamente sin rumbo.
Ya estábamos cerca. Teníamos que decidir mientras íbamos caminando, hacia donde saldríamos corriendo o mejor dicho o donde nos refugiaremos. Esas cosas seguramente deben estar esperando en la puerta del supermercado para comernos.
Nos camuflamos con algunos autos que estaban abandonados para que no nos vean.
Comenzamos a ver cuántos infectados había en el lugar. Por lo visto eran muchos.
Teníamos que hacerlo rápido. Pero antes de que salgamos corriendo. El soldado ve que enfrente del lugar hay una licorería. Ahí podríamos ir y armar algunas bombas molotov, seguramente hay mucho alcohol. Sería un buen lugar para estar refugiados y prepararnos para llevar a cabo nuestra retirada.
Estábamos ahí parados detrás de los coches. Veíamos a esas cosas.
Pero tomamos un respiro los dos, y corrimos hacia la licorería.
Había mucha de esas cosas en la calle y nos vieron.
Su reacción fue instantánea. Comenzaron a correr hacia nosotros. Pero por suerte, pudimos entrar al lugar.
Una vez adentro corrimos con toda nuestras fuerzas un armario para tapar la puerta.
Era muy pesado, pero de la desesperación pudimos correrlo.
¡Estamos a salvo!, pensé en mi interior; pero no estábamos a salvo. Dentro del este local con nosotros había unos diez de estos malditos asesinos.
Disparamos contra ellos rápidamente, porque casi los teníamos encima de nosotros.
Los matamos a todos por suerte. Ahora si estábamos a salvo.
El soldado comenzó a buscar algunas botellas, ya que el lugar seguramente fue saqueado en algún momento.
Encontró solamente siete botellas. Las guardo adentro del bolso y me dijo:¡esperaremos un buen rato hasta que estas cosas se vayan, todavía saben que estamos acá!.
Nos sentamos en el suelo y abrimos un licor. Era temprano para tomar pero no importa, qué más da.
                    DOMINGO 13:45HS…
Todavía estábamos ahí adentro del local y esas cosas por momentos golpeaban la puerta con fuerza. Se los podía escuchar afuera. Seguramente eran muchos, más de lo que nosotros pensamos.
Nos levantamos del suelo y comenzamos a ver que había en el lugar. Ahora necesitábamos buscar una salida para poder escapar de aquí.
Había unas puertas nada más en el lugar.
La primera que abrimos dio con una pequeña oficina, que seguramente era la del dueño del lugar.
En ella había un armario en que había papeles y nada más. También contaba con un escritorio.
Sobre la mesa había una computadora, una carpeta, un lapicero, y un cartelito que decía: Darío Sguazzini dueño.
Despues de registrar esa oficina, nos fuimos a la puerta de enfrente. Ahí encontramos el baño, y algunas cosas para limpiar.
Nos había más nada ahí. Salimos y nos fuimos para adelante.
Mientras vamos para adelante miro al soldado y le digo:¡tenemos que hacer algo pronto, tenemos que encontrar una salida. Porque esas cosas romperán el vidrio de la puerta y una vez que tiren lo que pusimos para bloquear la puerta. Vamos a tener un gran problema!.
 El soldado se quedó mirando la puerta del lugar y es verdad lo que le dije, algo tenemos que hacer.
No tenemos mucho tiempo para pensar las cosas.
Tenemos que actuar muy rápido.
Por lo que pudimos ver tan solo tenemos una puerta para escapar y es la misma por la que entramos.
                    DOMINGO 14:25HS…
El tiempo pasaba y estábamos aquí adentro. Esas cosas seguían golpeando la puerta sin parar. ¿Qué vamos hacer?, me preguntaba.
De pronto, se escucha que el vidrio de la puerta se rompe, y esas cosas comienzan a empujar lo que pusimos para bloquear la puerta.
Los dos nos fuimos hacia la oficina. Entramos cerramos la puerta y por suerte, tenía la llave en su cerradura.
Cerramos la puerta con llave y nos quedamos ahí.
Escuchábamos como esas cosas gritaban y de repente, se escuchó como callo lo el armario que habíamos puesto para bloquear la puerta.
Ellos ya estaban adentro,¿ qué íbamos hacer ahora?, pensaba.
Teníamos que escapar de este lugar. Podíamos escuchar los pasos de esas cosas. Luego vinieron los golpes en la puerta. Todos los sonidos se mezclaban golpes en la puerta, gritos y pasos.
¿Qué íbamos hacer ahora?, este era nuestro fin.

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